Monumento a Miguel Fleta en el Parque Grande de Zaragoza
Monumento a Miguel Fleta

Monumento a Miguel Fleta

Miguel Fleta (Albalate de Cinca, Huesca, 1 de diciembre de 1897- La Coruña, 29 de mayo de 1938) fue uno de los mejores tenores de su época.

Antes de girar por cuatro continentes, Miguel Fleta fue recadista y mozo de labranza en dos torres de Cogullada.

Los madrugones de los detallistas del Mercado de Lanuza se hacían más llevaderos cuando estaban amenizados por la formidable voz de Miguel Fleta, que mientras conducía un carromato repleto de frutas y verduras, daba rienda suelta al torrente que nacía en su interior.

El gran jotero Miguel Asso, que vivía en la calle de San Lorenzo haciendo esquina con el Coso, le daba clases y le enseñó los estilos.

El propio Asso le recomendó que se presentara al Certamen de Jota del Pilar de 1917. Fleta no obtuvo el galardón, pero el público sí fue sensible a su voz y le aplaudió a rabiar.

Esa decepción fue uno de los motivos que le empujó a marchar a Barcelona, donde continuaría formándose de la mano de Luisa Pierrick.

Ya famoso y acaudalado fueron varias las visitas a su tierra. Fleta nunca se olvidó de su familia, a la que siempre escribía desde Nueva York, Tokio, La Habana, o donde anduviese.

La ciudad en la que creció no le dedicó una escultura hasta 1976 y su nombre no lució en la placa de una avenida hasta poco antes. Se bautizó en su recuerdo el que fuera uno de los teatros de mayor importancia, aunque hoy es poco más que un solar.

Esta escultura, obra de Ángel Bayod Usón, está inspirada en una de las interpretaciones más famosas de Miguel Fleta, en concreto la de don José, de Carmen; en ella el representado aparece en actitud de cantar un aria de opera, con las manos extendidas.

La obra está rematada por una fuente circular colocada posteriormente en una de las sucesivas remodelaciones que ha sufrido el Parque José Antonio Labordeta.

Dirección: Parque José Antonio Labordeta

 

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