Durante los meses de enero, febrero y marzo, el consumo de calçots alcanza su máximo esplendor. Este producto, típico de la gastronomía catalana, tiene una temporada que va de noviembre a abril.
Los calçots, una cebolla blanca cultivada de manera especial para que sea alargada, se cocinan a la brasa y se sirven tradicionalmente en tejas acompañados de una salsa romesco.
Aunque se disfrutan especialmente en reuniones familiares o de amigos, la cocina moderna ofrece varias formas innovadoras de degustarlos. A pesar de que no es común encontrarlos en todos los bares y restaurantes, muchos locales en España, incluida Zaragoza, los incluyen en sus menús durante esta temporada.
Aquí te presentamos una selección de los mejores lugares en la capital aragonesa para disfrutar de una auténtica calçotada.