La Plaza de Utrillas es un espacio que combina historia, arquitectura y vida urbana. Su origen se remonta a mediados del siglo XIX, cuando se construyó la estación de ferrocarril de Utrillas, conocida también como estación Cappa, impulsada por el ingeniero León Cappa. Esta estación fue clave para el transporte de minerales y mercancías entre Zaragoza y la localidad de Utrillas, contribuyendo al desarrollo industrial de la zona.

Uno de los elementos más emblemáticos de la plaza es la chimenea de la antigua estación, construida en 1925. Esta estructura de ladrillo cara vista y metal es un testimonio del pasado industrial de la ciudad. En la actualidad, la chimenea es un símbolo del patrimonio ferroviario de Zaragoza y un punto de interés para los visitantes.

En la plaza también se encuentra un centro comercial que ha revitalizado la zona, ofreciendo una variedad de servicios y comercios a los residentes y visitantes. Este centro ha contribuido a la transformación de la plaza en un espacio dinámico y accesible.

La Calle Miguel Servet, que bordea la plaza, es una de las arterias principales del barrio. Esta vía conecta la plaza con otros puntos de interés de Zaragoza y es conocida por su actividad comercial y su importancia en la movilidad urbana.
La Plaza de Utrillas es un ejemplo de cómo el patrimonio histórico y la vida urbana pueden coexistir y enriquecerse mutuamente. Es un lugar donde se puede apreciar la evolución de Zaragoza, desde su pasado industrial hasta su presente dinámico y diverso.