Calle Miguel Servet de Zaragoza
Calle de Miguel Servet

Calle de Miguel Servet

Desde el puente sobre el río Huerva -donde se encontraba el antiguo canódromo de Zaragoza hasta la Facultad de Veterinaria y el palacete de Torreluna. La calle de Miguel Servet se extiende durante casi dos kilómetros y medio, y conecta el centro de la capital aragonesa con las afueras de la misma.

Subirla o bajarla, recorrerla en toda su extensión nos hace viajar entre estilos arquitectónicos, escultóricos y ambientales de alto valor cultural y patrimonial.

Esta avenida resulta ser una verdadera galería al aire libre donde se contemplan los estilos más diversos, la mayor parte de ellos concebidos en la primera mitad del siglo XX.

En menor cuantía descubriras el Art Decó y el Racionalismo, momentos que no alcanzaron su mayor esplendor en Zaragoza, sin embargo son muy identificables.

Sin lugar a dudas, el Ecléctico es el predominante, un movimiento muy extendido por toda Zaragoza.

Por su amplitud no es homogénea su urbanización. Se puede decir que hay muchos paisajes en una misma calle. Recorrerla es conocer otra parte de la ciudad tan fascinante como el tradicional Casco Histórico, aunque más moderno y calmado.

Es una vía amplia, bien señalizada, de varias sendas, con separador, luminarias y pocos semáforos, lo que la convierte en un trayecto cómodo y rápido.

Desde 1896 recibe el nombre del científico aragonés, Miguel Servet, descubridor de la circulación sanguínea pulmonar.

Casi todas las edificaciones poseen más de dos plantas y predominan las viviendas. Distinguen por sus altos puntales y los balcones que sobresalen sobre la acera. Por lo general, carecen de portales y llenan casi todo el espacio alrededor de la vía, en marcado reflejo de la arquitectura ecléctica y la gran densidad poblacional de la zona. A ratos, algún pequeño árbol acompaña nuestro trayecto.

Puerta del Duque de la Victoria y Puente de San José sobre el río Huerva
La Calle Miguel Servet a principios del siglo XX. Al fondo puede verse la Puerta del Duque de la Victoria (derribada en 1919) y el Puente de San José sobre el río Huerva. Foto: Archivo Municipal de Zaragoza

El azote de la crisis económica hizo que numerosos locales bajaran la persiana en esta vía comercial. Miguel Servet ostenta el desafortunado título de ser una de las avenidas con más establecimientos cerrados, galardón que comparte con la avenida San José y la avenida de Cataluña, según el último censo de ECOS. En concreto, más de 50 locales desocupados.

A Miguel Servet se va a resolver cualquier cosa, a comprar en alguna tienda, o una librería -de nuevo o de viejo-, a tomar un café o poner crédito al teléfono, a sacar dinero, a hacerle un corte de cabello a la mascota. Esta calle reúne todos los usos en sí y se convierte en un mar de gente durante el día.

Aquí se puede comprar refrigerios por doquier, particularmente “fast-food” en bares y cafeterías, así como pizzas baratas, con mucha harina y poco tomate.

A veces uno no se dirige precisamente a la calle Miguel Servet, a veces uno va para otro lado, a otra plaza, a otra gestión, a veces por ahí se hace más lejos pero igual uno toma la avenida San José, como si fuera un recorrido obligatorio o una suerte de apremio por llenarse de la vida que recorre esa avenida de un extremo a otro.

En el 11 se encuentra la librería Olé tus libros. Comenzaron en el año 2000, vendiendo libros en internet, aunque muy pronto se dieron cuenta que mucha gente acudía a recoger los libros a su almacén en Zaragoza, por lo decidieron abrir una tienda en la que pudieran atender al público, que plantearon como un espacio dinámico, con una agenda repleta de eventos.

Olé tus libros dispone de un cuidado programa de actividades, para que tanto niños como adultos puedan disfrutar de talleres, presentaciones de libros, encuentros con autores, exposiciones de ilustradores, fotógrafos, lecturas de poesía, cuentacuentos en español, aragonés, inglés… siempre buscando el nexo con la literatura.

 María Jesús Naya, impulsora de la librería zaragozana Olé tus libros

Tembién en el número 11 se ubica Recreo Coworking, un espacio de encuentro, colaboración e ideas en el que los emprendedores creativos tienen su punto laboral y su comunidad. Esta nueva forma de compartir local, experiencias, contactos y en definitiva, trabajo y pasión entre pequeños autónomos y empresas, está definiéndose como una alternativa muy válida al sistema tradicional de empleo.

Recreo Coworking calle miguel servet

A mitad de la calle, en el número 57, se encuentra el que fue durante casi un siglo el matadero de la ciudad. El Antiguo Matadero Municipal de Zaragoza es obra del arquitecto Ricardo Magdalena y fue construido entre los años 1880 y 1884. En origen fue usado como recinto de la Exposición Aragonesa de productos industriales de 1885-1886, y al año siguiente entró en funcionamiento como matadero. Los sacrificios de animales cesaron en 1980 y el matadero cerró definitivamente en 1981.

Tras unos años de abandono, el conjunto fue utilizado como taller de escultura de la Asociación Pablo Gargallo y en la actualidad alberga el Centro Cívico Salvador Allende y la Biblioteca Municipal Ricardo Magdalena. El antiguo matadero municipal está formado por un conjunto de pabellones industriales que se articulan en torno a la fuente del Buen Pastor (1885), obra de Dionisio Lasuén.

Interior de la Biblioteca Municipal Ricardo Magdalena
Interior de la Biblioteca Municipal Ricardo Magdalena

En el 105 se encuentra Teque’s Neuro, un auténtico pedacito de la cultura venezolana en Zaragoza. El tequeño es una de las elaboraciones más populares de este país, y para los hermanos Neiro y Clodomiro Hernández, ha sido el principal atractivo para consolidar su local de comida. Ubicado en el barrio de Las Fuentes de Zaragoza, este acogedor establecimiento ha experimentado un crecimiento vertiginoso desde su apertura hace apenas dos años.

La carta de Teque’s Neuro ha crecido en estos dos años de actividad, incluyendo un amplio catálogo de arepas, cachapas, empanadillas, perritos, hamburguesas y postres como la tarta de tres leches.

Plato tradicional venezolano en Teque's Neuro
Teque’s Neuro

En el número 123 se encuentra un monumento al amor. El Palacio Larrinaga fue diseñado en 1901 por el arquitecto Félix Navarro (autor del Mercado Central, del Monumento al Justicia, de la Escuela de Artes de la Plaza de los Sitios…) para el matrimonio formado por naviero de origen vasco y nacido en Liverpool Miguel Larrinaga y la aragonesa de Albalate del Arzobispo Asunción Clavero. Miguel y Asunción se conocieron en la Basílica del Pilar, al asistir al servicio religioso habitual de finales del siglo XIX. Ese fue el flechazo.

Vista del Palacio Larrinaga desde Miguel Servet
Vista del Palacio Larrinaga desde Miguel Servet

Félix Navarro, uno de los mejores arquitectos de la Zaragoza de finales del siglo XIX y principios del XX, creó un edificio que es pura fantasía. En él trabajaron muchos de los mejores artesanos de Zaragoza haciendo vidrieras, mosaicos, relieves, cerámica, rejas, yeserías… Por todas partes hay barcos, anclas, cuerdas, caballitos de mar… y otros elementos decorativos que aluden al mar y al comercio marítimo, ocupación de los Larrinaga.

La Fábrica Giesa Schindler, fundada por Joaquín Guiral Palacio y ubicada junto al Palacio de Larrinaga. Imagen tomada en la década de los 50
La Fábrica Giesa Schindler, fundada por Joaquín Guiral Palacio y ubicada junto al Palacio de Larrinaga. Imagen tomada en la década de los 50

En el número 140 se encuentra la Antigua Estación de ferrocarril de Utrillas. Fue construida en 1865 por León Cappa y Béjar, un ingeniero y diputado a Cortes que en 1857 había recibido una concesión del Estado para instalar una línea de Zaragoza a Escatrón y explotarla. Fue impulsor y pionero del ferrocarril de Zaragoza al Mediterráneo y un activo hombre de negocios de la época. Preocupado por los yacimientos de carbón de Gargallo y Utrillas, llegó a equipararlos a los mejores de Inglaterra.

Edificios de la antigua estación de Utrillas
Antigua estación de ferrocarril de Utrillas

Al final de la calle se encuentra la actual Facultad de Veterinaria, que abrió sus puertas el curso 1951/1952. Desde que la reina Isabel II firmó en 1847 el Real Decreto por el cual se crearon las Escuelas de Córdoba y Zaragoza –solo existía la de Madrid– este centro tuvo numerosos emplazamientos en la capital aragonesa.

Facultad de Veterinaria de Zaragoza
Facultad de Veterinaria de Zaragoza

Según se detalla en el libro ‘Crónica de 150 años de estudios veterinarios en Aragón (1847-1997)’ de J. Gómez Piquer y J. M. Pérez García, su primera ubicación fue en el nº 59 de la calle Mayor, de allí pasó por otros cuatro lugares (calle Zaporta, Pabostría, San Pedro el Viejo y el exconvento del Carmen) hasta instalarse definitivamente en Miguel Servet 177.

A pocos metros de la Facultad se encuentra la casa Torreluna, un edificio historicista construido a mitad de los años 30 para Gil González Marcilla, promotor de la obra, como vivienda; aunque desde hace más de 40 años es un restaurante y discoteca.

El patio de Torre Luna consta de dos plantas y está inspirado en las de las casas del siglo XVI, utilizándose cuatro columnas de fuste estriado y "torse" con capitel y basa de tradición gótica, procedentes del patio de la casa de los Marqueses de Osera (en la calle Espoz y Mina)
El patio de Torre Luna consta de dos plantas y está inspirado en las de las casas del siglo XVI, utilizándose cuatro columnas de fuste estriado y «torse» con capitel y basa de tradición gótica, procedentes del patio del Palacio de los Condes de Ariño, también conocida como Palacio de los Marqueses de Osera

Eso (y muchísimo más) es la Calle Miguel Servet: un lugar donde es fácil perderse y sentirte dentro de una aventura, una locura y un remanso de paz, todo depende de donde estés y del momento del día.

Miguel Servet es esa otra parte de Zaragoza de la cual no hablan generalmente las guías turísticas, pero igual llena de vida y gente.

 

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