Aunque la más conocida es la de Madrid, Zaragoza también tuvo su propia Puerta del Sol.
La Puerta del Sol, llamada popularmente como La Portaza, se encontraba al final del Coso Bajo, a la altura de plaza de las Tenerías.
Fue construida a finales del siglo XIV en ladrillo, salvo los sillares, que eran de piedra. La construcción medieval fue remodelada en 1745 y se decoró con el relieve de un sol labrado en piedra caliza de Calatorao, que además servía de reloj.
Era una puerta modesta, por la que solían pasar los aguadores camino del río Ebro.
Como el resto de puertas, se cerraba desde las siete de la tarde hasta el amanecer.
Durante los Sitios de Zaragoza (1808-1809) sufrió graves daños a causa de los bombardeos, lo que sumado a su ya anterior mal estado de conservación, provocó su derribo en 1869.
Tras la demolición, el sol de piedra fue el único elemento que sobrevivio. Se conserva en el Museo de Zaragoza, en cuyo patio puede contemplarse en la actualidad.
En 1987 el Ayuntamiento de Zaragoza decidió pintar un mural en recuerdo de la desaparecida Puerta del Sol en la fachada lateral de un edificio de viviendas de la calle Asalto, muy cerca de su antigua ubicación.
Dirección: Plaza de las Tenerías, en el Coso Bajo, casi a orillas del río Ebro