Si te limitas a permanecer siempre en el centro, te perderás lo que ocurre en los barrios. Y es especialmente imperdonable cuando el Arrabal está a solo cinco minutos, ya sea cruzando el puente de Piedra o el de Santiago. Un agradable paseo por la ribera del Ebro te llevará a la mayoría de los restaurantes que te recomendamos en este artículo.
La Grillera

En Zaragoza, la oferta gastronómica ha crecido notablemente en los últimos años, con una gran variedad de restaurantes y bares que han elevado la calidad culinaria de la ciudad. Esta evolución no solo se nota en el centro, sino también en los barrios, donde cada vez es más fácil encontrar establecimientos con propuestas innovadoras y cartas más cuidadas. Además, muchos de estos lugares han apostado por utilizar productos locales y frescos, potenciando los sabores y ofreciendo una experiencia gastronómica más auténtica. También se ha incrementado el tiempo y la dedicación en la elaboración de cada plato, lo que se traduce en una cocina más detallista y de mayor calidad.
Uno de estos espacios gastronómicos es La Grillera, un restaurante situado en la calle Aguarón 26, en el barrio de Jesús. Este local destaca por su apuesta por productos de proximidad, combinando lo mejor de la cocina tradicional con un enfoque creativo y contemporáneo. Su alma máter, Jesús Gimeno, ha sabido impregnar su sello personal en cada detalle, lo que le ha valido la recomendación de la Guía Repsol 2024, un reconocimiento a su dedicación, su técnica y el mimo con el que elabora cada plato.
En La Grillera, hay dos ideas que definen su esencia. Por un lado, se describen como «un bar disfrazado de restaurante o un restaurante disfrazado de bar». Por otro, apuestan por un formato de ‘tapitas’ en la barra, permitiendo a los clientes probar diferentes combinaciones y técnicas de cocina. Entre las especialidades que se pueden degustar en la barra están las croquetas de chuletón, elaboradas con carne de raza de vaca gallega, un producto gourmet reconocido por su sabor intenso y su calidad excepcional.
Su carta es variada, pero siempre mantiene algunos platos estrella. Entre ellos destacan la presa ibérica ligeramente ahumada con crema de apionabo y avellanas, acompañada de champiñones escabechados, y la pata de pulpo a la plancha con crema de idiazábal y polvo de jamón.
Dirección: Calle Aguarón 26
Matisse Riveracafé

Seguro que cuando entréis en el Matisse Riveracafé su aspecto os resultará familiar. Os recordará a otros lugares que quizá no acabéis de precisar, con su aire cuqui con personalidad propia. Las paredes son blanco impoluto, los techos son altísimos y alguien se ha dedicado a pintar los tubos de refrigeración. No faltan los jarrones enorme de flores frescas.
El problema de quedarse en el Matisse es que los golosos tendrán problemas a la hora de resistirse a todos los pasteles caseros que les llaman desde la barra. Vuestra fuerza de voluntad no resistirá, creednos, maravillas como la Cheesecake, la Red Velvet, la de dulce de leche, la de Oreo o la de cerveza negra que levantan pasiones.
Al margen de esta propuesta dulce, desde el desayuno a la cena hay otras opciones. No faltan las tostadas (la de anchoas y ventresca es una de las más demandadas) y las tablas de calidad (de jamón, cecina, queso…). Además, en sus mesas podrás disfrutar de los platos elaborados por el chef Juan Carlos Callejas, utilizando ingredientes frescos y de temporada. Destacamos su completo menú, que incluye entrante, plato principal, postre y bebida.
Dirección: Paseo de la Ribera, 7
Gente Rara

Gente Rara es toda una revolución en el panorama de la restauración de la capital maña.
Los aragoneses Cristian Palacio y Sofía Sanz han transformado una antiguo taller mecánico en uno de los restaurantes más interesantes de Zaragoza.
Su filosofía se apoya sobre tres patas: la calidad de los productos, la mayoría locales, la cocina a la vista del cliente y el factor sorpresa.
El local es espacioso, diáfano y luminoso, ideal para disfrutar de la experiencia gastronómica que plantea Gente Rara. El comensal ve cómo se cocina, nota el olor de los platos y hasta oye cómo se van preparando en las ollas.
Este ambiente invita a compartir, divertirse y disfrutar y propicia una relación directa con cocineros y camareros, siempre ofreciendo las pertinentes explicaciones.
Dirección: Calle Santiago Lapuente 10, en el barrio de Jesús, a apenas diez minutos de la plaza del Pilar
Mazmorra by Macera

Mazmorra by Macera es un restaurante situado en la Avenida Valle de Broto, en el barrio de Zalfonada.
Con su cocina creativa, tan atrevida como con los pies en el suelo, aspira a convertirse en un referente gastronómico de Zaragoza.
Mazmorra by Macera ofrece dos ambientes bien diferenciados. Por un lado, un gran mostrador lleno de sugerentes tapas y raciones donde se come de pie. El otro área es un intimo y agradable comedor con unas pocas mesas.
Cuenta con una amplia y apetecible carta. La especialidad de la casa son las carnes que, troceadas en raciones, se asan a baja temperatura utilizando la técnica de la cocina al vacío.
La carta incluye varios arroces melosos (trufados, de pato, de boletus y foie) y arroces cremosos al horno (de chipirones y gambas, de zamburiñas).
También unas cuantas recetas singulares como el trampantojo de tomate (que realmente es brandada de bacalao con gelatina de pimiento), el tataki de atún, el salmorejo esferificado, el lingote de conejo y boletus asado a baja temperatura con hongos, salsa perigord y lascas de trufa o las elaboraciones con trucha Imperial del Cinca.
Dirección: Avenida Valle de Broto 18, barrio de Zalfonada
Le Pastis

Dirección: Paseo de La Ribera, junto al Puente de Hierro
Summum

Ojo, que Summun está llamado a ser una de las grandes hamburgueserías de Zaragoza. Probad cualquiera de sus deliciosas recetas como la Biarritz, la Campesina o la Ibérica.
Hamburguesas con la mejor ternera, recetas imaginativas y contundentes, y una parrilla que aporta un sabor ahumado inimitable al corte de carne. Vale la pena pedir la hamburguesa de la casa, la Summun. Una animalada, por grande y por buena.
Más allá de la hamburguesa, tiene una carta con platos de resistencia que son un poema cárnico: como los huevos rotos con longaniza o la parrillada de costillas. Y unas bravas fenomenales. También tienen varias opciones vegetarianas y aptas para celíacos.
Es un sitio muy popular por lo que lo normal es que tengas que esperar unos 15 minutos. El servicio es rápido y muy agradable.
Dirección: Calle Matilde Sangüesa Castañosa, 3