La Calle Delicias es una de las vías más representativas y dinámicas de Zaragoza, con una personalidad marcada por su historia, su arquitectura popular aragonesa y la gran diversidad de vida comercial y social que la recorre día a día.
Con una extensión aproximada de 600 metros, conecta la Avenida Madrid con Duquesa Villahermosa, atravesando otras calles emblemáticas como Daroca, Borja y Jordana.

Su origen está ligado al barrio de Las Delicias, una zona de carácter agrícola que a finales del siglo XIX comenzó a transformarse debido a la instalación de las estaciones de ferrocarril de Cariñena, Campo Sepulcro y, posteriormente, Caminreal.
Desde comienzos del siglo XX, las primeras parcelas urbanizadas dieron paso a un vecindario en constante crecimiento, alcanzando alrededor de 10.000 habitantes en 1930, la mayoría procedentes del medio rural.

Durante las décadas de 1950 y 1960, la llegada de emigrantes de otras provincias, especialmente de Soria, convirtió a Zaragoza en un polo de desarrollo, y la calle Delicias se urbanizó de manera acelerada y caótica, con calles estrechas y escasos servicios, lo que incrementó su población exponencialmente.
Con el tiempo, la calle se consolidó como una de las arterias comerciales más transitadas de la ciudad.

Uno de los lugares más emblemáticos es el Mercado Delicias, inaugurado en 1949, donde comerciantes locales ofrecen productos frescos y de calidad.
A pocos metros, bares tradicionales como Casa Agustín conservan la esencia de la hostelería aragonesa de antaño, mientras que Filantropía IO, en el número 18, ofrece tapas clásicas que forman parte de la identidad culinaria de la calle.


La calle también destaca por sus elementos urbanos y artísticos, como la fuente ornamental de la Fundición Averly en el número 55, de diseño futurista, y el Jardín Vertical de Delicias, inaugurado en 2008 con más de 80 especies vegetales, que añade un toque verde y moderno al barrio.


Entre los comercios locales, A tu gusto y bon appétit, situado en el número 70, apuesta por productos gourmet y de kilómetro cero, con una amplia variedad de alimentos locales, opciones sin azúcar y productos aptos para personas celiacas.

Y para los amantes de la pizza, la Pizzería 22.2 Gradi es una parada obligada al final de la calle, reconocida por sus recetas artesanales elaboradas con masa de fermentación lenta y productos frescos del mercado cercano, todo acompañado de una terraza perfecta para disfrutar del ambiente del barrio.

Al final de la calle, en la confluencia con Duquesa Villahermosa, se alza la escultura «El Esfuerzo» de Manuel Arcón Pérez, símbolo de la tenacidad y el trabajo de sus vecinos.

En la actualidad, la calle se mantiene como un espacio vibrante y bullicioso, repleto de comercios, cafeterías, restaurantes y tiendas que le dan vida durante todo el día. Sus rótulos comerciales históricos forman parte del patrimonio sentimental del barrio, conservando la memoria de generaciones pasadas.

La Calle Delicias se disfruta mejor caminando, observando sus fachadas coloridas y patrimoniales, y dejándose llevar por la atmósfera única que combina tradición, modernidad, cultura y la energía inconfundible de uno de los barrios más auténticos de Zaragoza.