Situada en el Paseo Maria Agustín, la Fundición Averly es una auténtica joya del patrimonio industrial internacional, reconocida por la World Monuments Fund (WMF) como uno de los 50 bienes en riesgo más importantes del mundo, y uno de los mejores testimonios en la capital de la época de oro de la industrialización aragonesa.
Surgió en 1855 a manos de Antonio Averly, ingeniero de Lyon que decidió establecer una fábrica de fundición en la ciudad de Zaragoza.
Averly se convirtió en la principal suministradora de maquinaria para la creciente y próspera industria harinera de la segunda mitad del siglo XIX, para sus ruedas y molinos y para los precisos elementos de transmisión de la fuerza hidráulica utilizada por estas harineras (Castellano, Almech, Marraco, Sala…).
En 1900 contaba con 140 operarios y ocupaba 10.000 metros cuadrados, de los que unos 4.000 estaban edificados con viviendas, oficinas, talleres de mecanización y montaje, calderería, carpintería, almacenes, fundiciones y otras dependencias.
Averly fue el taller más grande de Aragón en fundición industrial y artística en hierro fundido y bronce. Suministró maquinaria para la industria, la agricultura, la sanidad y el transporte. También fundió obras artísticas y ornamentales que todavía forman parte del paisaje urbano zaragozano: desde la fuente de la Samaritana en la Plaza del Justicia al león del monumento al Batallador, pasando por las columnas de los porches del Mercado Central, los chapiteles de las torres del Pilar o de la Seo o la escultura del Justicia en la Plaza Aragón.
Dado el desarrollo de la ciencia y de la tecnología en España y en Aragón a fines del XIX y principios del XX, Averly contó siempre con el trabajo y la asistencia de ingenieros extranjeros, especialmente franceses y belgas, también alemanes o austríacos.
Averly participó destacadamente en la Exposición Hispano-Francesa de 1908 en Zaragoza, y fue premiada con más de sesenta medallas otorgadas en exposiciones nacionales y extranjeras, como Chicago, Londres, París, La Haya, Bruselas (1910), Esmirna, Suez y El Cairo.
Aunque la marca aún sigue viva, Averly, uno de los más importantes inmuebles patrimonio histórico industrial en España, está abandonado desde principios del siglo XXI.
Lo que convierte en excepcional a esta empresa centenaria es la conservación del material, desde la maquinaria del XIX (J. Whitworth de Manchester, Oerlikon de Zurich, P. Haré de París, Kirchner de Leipzig…) hasta los modelos de los objetos fundidos.
Recientemente una constructora ha comprado los terrenos y planea levantar en ellos 200 pisos. La plataforma ciudadana Salvemos Averly reivindica la protección de todas las instalaciones y de su legado histórico inapreciable y la construcción de un centro de interpretación del patrimonio industrial.
Dirección: Paseo de María Agustín 59, Zaragoza