La Calle Joaquín Costa es una de las arterias más céntricas y animadas de Zaragoza. Se extiende desde el Paseo de la Independencia hasta la Plaza de los Sitios, atravesando espacios emblemáticos como la Plaza Santa Engracia, Don Hernando de Aragón, Isaac Peral y Mariano Escar. Su historia, arquitectura y ambiente la convierten en un lugar imprescindible para quienes desean conocer el corazón de la ciudad.

Desde sus orígenes a principios del siglo XX, tras la clausura de la Exposición Hispano-Francesa de 1908 y la urbanización de la antigua Huerta de Santa Engracia, esta calle se ha descrito como “una de las más animadas de Zaragoza”. Hoy en día mantiene ese espíritu vibrante, con una gran variedad de comercios, cafeterías y restaurantes que invitan a recorrerla sin prisas, disfrutando de cada rincón.

La Calle Joaquín Costa es un reflejo de la evolución urbana de Zaragoza. A medida que uno avanza, aparecen viviendas modernistas con balcones de forja, vitrales coloridos y tejados de teja que evocan la elegancia burguesa de principios del siglo XX.
Todo ello se mezcla con edificios restaurados, locales modernos y un bullicio constante que convierte cada paseo en una experiencia única.

Entre sus edificios más representativos destaca el antiguo inmueble de la Caja de Previsión Social de Aragón (nº 1), construido en 1931 por el arquitecto Regino Borobio y conocido popularmente como la “Casa de la Perra Gorda”.
También sobresale la Casa de Tomás Castellano, en la intersección con la Plaza de los Sitios, un magnífico ejemplo de arquitectura burguesa de los años 20 que hoy alberga la Fundación Ibercaja y cuenta con un encantador jardín interior.


La oferta gastronómica de la calle es tan variada como atractiva. Clásicos como el San Siro (nº 3) llevan décadas ofreciendo tapas generosas, cañas bien tiradas y una atmósfera de tertulia y buen humor.

A pocos pasos, La Ontina (nº 5), ubicada en los bajos del Gran Hotel, apuesta por una cocina aragonesa, navarra y vasca de autor elaborada con productos de temporada.

En el número 8, Costa 8 Gastrobar fusiona tradición y creatividad en una carta repleta de sabores sorprendentes, mientras que Saona (nº 9) transporta a los comensales a un ambiente mediterráneo, ideal para desconectar y disfrutar de arroces, cocas y platos frescos. La ruta gastronómica se completa en el Ginger Fizz Bar (nº 16), famoso por sus cócteles innovadores y un interiorismo lleno de encanto, donde cada detalle está pensado para crear un ambiente único.



Además de su arquitectura y su vida comercial, la Calle Joaquín Costa se embellece con dos hileras de imponentes plátanos que aportan frescor y un toque natural al paisaje urbano. Siempre animada y llena de gente de todas las edades, es el escenario perfecto para vivir la esencia del centro de Zaragoza, uniendo historia, cultura, gastronomía y modernidad en cada paso.

Visitar Joaquín Costa es mucho más que recorrer una calle: es descubrir una parte fundamental de la ciudad, donde pasado y presente conviven en armonía, creando una experiencia inolvidable tanto para quienes llegan por primera vez como para los zaragozanos que la disfrutan a diario.
