Situado en el corazón de El Tubo se encuentra el bar con más magia de Zaragoza, y es que está regentado por Mario Cobretti, un ilusionista aragonés muy conocido.
Definitivamente, es el paraíso para los celíacos, ya que todo lo que preparan es libre de gluten.
Huevos rotos con carrilleras y reducción al Pedro Ximénez, una gran variedad de croquetas, caracoles a la llauna o su famosa brocheta de rape con langostinos y salsa tártara son solo algunas de las deliciosas propuestas que encontrarás en este establecimiento.
El surtido de croquetas incluye las tradicionales de jamón o bacalao, sin embargo, lo que realmente despierta la curiosidad es explorar su ecléctico y diverso recetario: desde ternasco con borrajas, olivas negras con anchoas, risotto de boletus, hasta huevo frito con longaniza, cecina con roquefort e incluso un sorprendente Ferrero Rocher elaborado con butifarra negra y crujiente de almendras.
El local no es muy amplio, con solo una media docena de mesas altas, ideal para estancias breves. El ambiente es informal y animado, y el servicio es rápido y eficiente.
Dirección: Calle Estébanes, 2