Hablar de Zaragoza es hacerlo de su barrio de tapas por excelencia: El Tubo, un laberinto de angostas callejuelas que se encuentra en pleno Casco Histórico, lleno de bares y restaurantes con mucho encanto.
Cuatro de Agosto, Estébanes, Mártires, Libertad, Ossau, Pino, Blasón Aragonés o Cinegio son solo algunos de los nombres que conforman El Tubo, el epicentro del tapeo zaragozano.
Dicen que no hay mejor manera de conquistar a alguien que saciar su apetito, y El Tubo lo hace a la perfección, ofreciendo a sus comensales el mejor repertorio de cocina en miniatura de la ciudad. Tapear por estas calles es, sin duda, uno de los mejores planes para disfrutar de Zaragoza, ya sea a la hora del almuerzo o la cena.
Por eso, hemos recopilado nuestros establecimientos favoritos en la siguiente lista. Pero ya os avisamos: lo mejor es improvisar, tomar una o dos tapas en cada sitio y dejarse llevar por la magia de El Tubo.
Si estás buscando los mejores lugares para tapear en El Tubo, aquí te dejamos algunas opciones destacadas por su calidad y originalidad:
La Uve

La Uve se inclina hacia el concepto de gastrobar en lugar de un restaurante tradicional, aunque combina ambos enfoques. En este sentido, el menú incluye croquetas, salmueras, gildas, torreznos y tortilla de patatas.
La oferta gastronómica se presenta de manera sencilla, con una carta de entrantes y platos principales sin adornos excesivos. Las mesas no tienen manteles ni servilletas de tela, lo que refuerza el ambiente informal del lugar. La carta de comida y vinos está impresa en cuartillas de papel, permitiendo una rápida visualización de los cambios en el menú.
Una de las características destacadas de La Uve es su parrilla abierta, ideal para cocinar carnes y algunos pescados. Platos como el pez limón, rodaballo al Orio, pulpo a la parrilla y cocochas de merluza al pil-pil prometen ser referencias en el menú. En cuanto a las carnes, el chuletón, el steak tartar y especialmente el solomillo de vaca Marela –considerado una de las mejores carnes de España– siguen la misma línea de calidad. La carta también ofrece varios arroces, como el de marisco con gamba roja y el de pato.
“Mi cocina se basa en el producto”, concluye Alejandro Enériz, “y eso es lo que quiero ofrecer en este rincón del Tubo, sin la formalidad de un restaurante clásico, pero con ingredientes de la máxima calidad”.
Dirección: Calle Blasón Aragonés 6
El Méli del Tubo

Tras más de diez años de experiencia con su primer bar en Zaragoza, el Méli Meló en la calle Mayor, los propietarios decidieron abrir un segundo local en el corazón del Tubo, la zona de tapeo más conocida de la capital aragonesa.
Situado en la Calle Libertad, a pocos minutos de la Plaza de España y de la Plaza del Pilar, el Méli del Tubo es un establecimiento sofisticado, con un aire retro y tropical, que ofrece tapas y raciones muy elaboradas, en un ambiente cuidado y cercano y con una buena relación calidad y precio.
Dirección: Calle Libertad, 12
La Jamada del Tubo

Antonio Arrabal, uno de los chefs más reconocidos de la gastronomía española, trae a Zaragoza un concepto culinario único con La Jamada del Tubo, un restaurante que fusiona tradición y vanguardia en pleno corazón de El Tubo, la zona más emblemática del tapeo zaragozano.
Con un enfoque basado en la cocina viajera, su carta ofrece una experiencia gastronómica que trasciende fronteras, incorporando sabores de México, Japón, Italia y Tailandia, entre otros. Platos icónicos de su trayectoria, como las famosas «JAMburguesas», los kimuchis y otros bocados para compartir, conviven con recetas pensadas especialmente para el público zaragozano. Entre sus propuestas más sorprendentes destaca la Berlina de Ternasco de Aragón asado JAM style, una creación que rompe por completo con los esquemas tradicionales de esta carne, ofreciendo una interpretación innovadora y llena de sabor.
El restaurante, ubicado en calle de los Estébanes, 4, destaca por su ambiente moderno y acogedor, pensado para disfrutar de cada bocado sin prisa. La apuesta del Grupo Loira, en colaboración con Arrabal, refuerza la oferta gastronómica de la ciudad, combinando innovación y tradición en un espacio donde cada detalle está diseñado para sorprender.
Con una carta dinámica, que irá evolucionando con el tiempo, La Jamada del Tubo ofrece opciones para disfrutar en barra o en mesa, con un amplio surtido de tapas, platos para compartir y postres que ponen el broche dulce a la experiencia.
Dirección: Calle de los Estébanes, 4
Taberna Doña Casta

Si te gusta el tapeo sin demasiadas florituras, la Taberna Doña Casta, en la popular área del Tubo está especializada en croquetas caseras y huevos rotos.
Aquí Dora Gracia (cocinera-propietaria) y su equipo apuestan por la cocina aragonesa tradicional y por los platos más caseros con recetas de la abuela. Todo se hace al momento, y encontramos tanto platos clásicos como tapas muy bien hechas.
Esto es un restaurante de creación como una catedral; pero a la vez podréis comer unas de las mejores croquetas de la ciudad: las de queso cabrales con manzana, de longaniza de Graus, de morcilla con piñones, de bacalao con espárragos triguero, de gallina con chocolate, de boletus con foie y manzana o de arroz negro con alioli.
Dirección: Calle Estébanes, 6
La Venencia Oyster Bar

La Gerencia del Tubo

La Gerencia del Tubo es un lugar ideal para refrescarse con una copa de vino y una de sus sugerentes tapas.
Ocupa el local donde hasta hace poco estaba el restaurante No lo Veo. El local dispone de una barra grande con varias mesas altas a los lados y de un pequeño comedor. En el exterior cuenta con una pequeña zona de terraza.
A cargo de los fogones está el cocinero Carlos Martín, que entre otros logros cuenta con años de experiencia en el restaurante restaurante de Bodegas Care.
La carta no es muy larga y se basa en el recetario tradicional aragonés, pero con toques de cocina de autor.
Dirección: Calle Cinegio, 3
7 Golpes

El 7 Golpes es un establecimiento sofisticado, con un aire retro, que ofrece tapas y raciones de estilo creativo y joven, en un ambiente cuidado y cercano y con una buena relación calidad y precio.
Llenan cada noche gracias a una fórmula infalible: tapas creativas para el comensal intrépido.
Parece mentira lo fácil que es dejar contentos a los comensales con pequeños detalles y, sobre todo, una cocina auténtica y hecha con pasión. Es lo que se respira en este local de tapas con una única pretensión: la de querer gustar.
El 7 Golpes ofrece dos espacios bien diferenciados. Por un lado, la planta calle, con un gran mostrador lleno de sugerentes tapas de diseño donde se come de pie. Bajando las escaleras se encuentra un agradable comedor para comidas y cenas con mesas bajas y cómodas sillas donde se sirven exquisitos platos.
Dirección: Calle Libertad, 7
Lamaribel Escabechado

Lamaribel es un local especializado en carnes escabechadas que acaba de abrir sus puertas en el corazón del Tubo zaragozano, con el deseo de convertirse en un referente en el uso de este sistema tradicional de conservación.
La sencilla combinación de vinagre, ajo, pimienta negra y laurel impregnan las exquisitas carnes de codorniz, conejo y pollo servidas en forma de tapa dentro de un entorno moderno y adaptado al cliente del siglo XXI.
Los hermanos Lalo y Diego Cruces, impulsores de esta idea, tuvieron claro desde el primer momento que el escabechado tradicional podía reconquistar a un público mayoritario.
Dirección: Calle Libertad, 16
Gastrobar Mestiso

Mestiso ocupa uno de los rincones más encantadores de El Tubo, en el sitio donde antes se encontraba el conocido Malabares.
El restaurante se organiza en torno a un espacio central con mesas altas, complementado por un par reservados para disfrutar tranquilamente delos platos de la carta. Mestiso cuenta con una terraza interior que permite que la luz natural llegue al resto del local, y destaca la espectacular barra de madera con cucuruchos tallados que solía ser el mostrador de una antigua pastelería.
Tal y como sugiere el nombre, Mestizo, la carta es una mezcla de culturas y mira, sobre todo, a países sudamericanos y del arco mediterráneo como España, Italia y Grecia.
Entre las delicias que se pueden degustar en cualquiera de los espacios del restaurante, destacan el risotto de rabo de toro, el tabulé de quinoa con tomate rosa de Barbastro, aguacate y chips de yuca, y el calamar de anzuelo a la brasa. También hay huevos rotos con roastbeef y piparra, la musaka en forma de rollito con masa brie, el arroz chaufa mar y montaña, los gnocchis caseros de borraja rellenos de queso cheddar y el steak tartar (preparado en directo en la propia mesa).
Dirección: Calle Cinegio, 2
Casa Pascualillo by La Senda

El restaurante Casa Pascualillo ha reabierto sus puertas bajo la dirección de David Baldrich, propietario y jefe de cocina de La Senda. Con su implicación en este proyecto, Baldrich busca recuperar la esencia de uno de los locales más emblemáticos del Tubo de Zaragoza.
David Baldrich ha asumido este desafío con la firme convicción de que recuperar el espíritu de Casa Pascualillo, con más de 80 años de historia, era imprescindible. Por ello, no pueden faltar las recetas icónicas que los asiduos del Tubo tanto recuerdan. Entre ellas, las cigalas de la huerta, tanto en su versión clásica como con salsa ahumada de pimientos de Bureta, los callos, el guiso de rabo de toro y los ‘talentos’, es decir, sesos rebozados con el toque especial de la casa.
Aunque David Baldrich tendrá una presencia destacada tanto en La Senda como en el nuevo Pascualillo, el jefe de cocina en este último local es Kino Camín, un chef con amplia experiencia.
Dirección: Calle Libertad, 5
La Miguería

Es pronunciar “migas” y al joven moderno y urbano se le hace la boca agua, se siente como en casa.
La Migueria es un excelente lugar para un almuerzo o cena tradicional, en un ambiente agradable y a buen precio. Un sitio perfecto para hacer un descanso mientras se visita la ciudad.
La especialidad de la casa son las migas (con uvas, longaniza, huevo, torreznos, setas, chistorra o virutas de foie), aunque en la carta también hay ensaladas, tablas y deliciosas tostadas.
La Miguería fue destacada en el año 2011 por los lectores del periódico británico The Guardian como uno de los 5 mejores restaurantes de España.
Dirección: Plaza Sas, 6
Bodegas Almau

¿Qué zaragozano no conoce Bodegas Almau? Normal: este mítico local de El Tubo de Zaragoza lleva abierto desde 1870 y fue recientemente nombrado entre los 10 mejores bares de tapas de España por la revista Forbes.
Bodegas Almau es un lugar ideal para refrescarse con una copa de vino y una de sus sugerentes tapas. Su colorida fachada de azulejos llama la atención de todos los viandantes que pasan por las calles de El Tubo. El local es pequeño y dispone de una barra larga y unas pocas mesas.
Entre las especialidades de la casa, el dulce de anchoa (anchoa en salmuera abierta, crema de rulo de cabra, confitura de tomate y virutas de chocolate amargo), la anchoa reina (anchoa en salmuera, crema de aguacate, menta con sirope de Módena y almendra picada), la explosión de vinagre (anchoa en salmuera abierta sobre una base de paté de atún, boquerón y aceituna negra) o la anchoa garum, con miel y moscatel.
Dirección: Calle Estébanes, 10
La Republicana

Una buena opción para todos los días de la semana es La Republicana, un popular bar y restaurante situado entre el Tubo y la calle Don Jaime, que sirve buenas tapas a precios razonables. Es un café antiguo decorado con una mezcla ecléctica de antiguedades y fotos que recuerdan los años de la segunda republica.
Las especialidades de la Republicana son los huevos rotos, una deliciosa mezcla de patatas fritas y huevos suficiente para abarcar una comida en sí misma, el mojo con papas (patatas con salsa picante), el pollo al curry con piña o queso azul y las tostadas de cebolla caramelizada.
Dirección: Calle Méndez Núñez, 38
El Champi

Como un coágulo de autenticidad resistiéndose a ser disuelto por el turbulento corriente sanguíneo del Tubo, El Champi engulle al recién llegado sin preliminares y lo incrusta repentinamente en una gruta tabernera atemporal donde la dimensión espacio-tiempo discurre en otra frecuencia de onda desde hace ya muchos años.
Más que un local, este establecimiento es un pasillo con una barra a la izquierda y con mesas altas y taburetes a la derecha donde no cabe ni un alfiler.
Solo sirven una única tapa, pero bien hecha: champiñones con aceite, ajo y perejil, y un par de gambitas, sobre un trozo de pan.
Dirección: Esquina de la calle Libertad con Estébanes
Casa Juanico

Casa Juanico ofrece algunas de las mejores tapas que podrás disfrutar en Zaragoza. Situado al lado de la Plaza del Pilar, este coqueto establecimiento dispone a diario de una barra llena de tapas con más de 50 especialidades.
Dirección: Calle de Santa Cruz, 21
La Ternasca

Su especialidad es el Ternasco de Aragón. Eso sí, servido de mil formas diferentes. Se pueden encontrar desde elaboraciones clásicas como costillas a la brasa, croquetas o canelones, hasta propuestas más innovadoras elaboradas con nitrógeno líquido u otras técnicas vanguardistas.
A cargo de los fogones está Cristian Yáñez, un verdadero apasionado de la cocina aragonesa. Inconformista por naturaleza, ambicioso y luchador hasta la médula, este chef zaragozano lleva ya un tiempo dando guerra allá por donde va. Televisión, radio, showcookings en directo, street food… ¡se atreve con todo!.
Dirección: Calle Estébanes, 9
Casa Lac

Casa Lac es uno de los restaurantes más antiguos de Europa, con licencia para dedicarse a la restauración desde el año 1825, en tiempos del Rey Fernando VII.
En 2008 se hizo cargo del restaurante Ricardo Gil y aplicó la filosofía de su familia, desarrollada durante más de 30 años en su Restaurante 33 de Tudela, que es aprovechar y sublimar un producto excepcional como son las verduras de la huerta del Ebro.
Parece mentira lo fácil que es dejar contentos a los comensales con pequeños detalles y, sobre todo, una cocina auténtica y hecha con pasión. Es lo que se respira en este local con una única pretensión: la de querer gustar. Casa Lac apuesta por una cocina aragonesa de autor elaborada con productos de temporada, próximos y de calidad.
Dirección: Calle Mártires, 12
Birolla 4

En el número 14 de la Calle Blasón Aragonés se sitúa el Birolla 4, un restaurante cuya gran apuesta se centra en la carne, pero sin olvidar los productos de Aragón y totalmente caseros.
El Birolla 4 ofrece dos ambientes bien diferenciados. Por un lado, una gran barra repleta de sugerentes tapas y raciones donde se come de pie. El otro área del Birolla 4 es un íntimo y agradable comedor ubicado en una antigua bodega.
La carne cobra un gran protagonismo en su carta. Estas varían según su edad, raza y tiempo de maduración.
En Birolla 4 defienden la cocina aragonesa de autor, elaborada con productos de temporada, cercanos y de calidad. Este arraigo aragonés está representado en algunos de sus platos, como en el puntalette de longaniza y borraja, la picaña madurada en Dry Ager, parmesano y rúcula o la típica ensalada con tomate y ventresca.
Dirección: Calle Blasón Aragonés, 4
El Limpia

El establecimiento es pequeño pero acogedor, y siempre suele haber movimiento.
En El Limpia podrás probar tapas caseras, raciones, torreznos, picadillo de Soria, cazuelas variadas, patatas asadas con mojo picón, salmueras y otros caprichos.
Un clásico a la hora del aperitivo y cuando cae la tarde. Es el sitio perfecto para tomar unas cañas con los amigos los fines de semana. Casi todas las semanas se organizan catas de vino o de quesos. Dispone de servicio de limpiabotas desde 1914.
Dirección: Calle Cuatro de Agosto, 17
La Viña

La Viña es un pequeño establecimiento situado en la calle Jordán de Urriés (entre la plaza Santa Marta y Don Jaime I). Adil El Fatmi ha fusionado los sabores del norte de Marruecos y del sur de Españapara traernos deliciosas berenjenas en tempura y salsa dulce, patatas en salsa aragonesa, pinchos morunos y algunas de las mejores croquetas de la ciudad.
Las patatas están bien cocinadas y tienen buena textura y sabor. Las salsas, hechas en el día de manera artesanal, son deliciosas. Aunque La Viña suele estar repleto, el servicio amable y una de las mejores relaciones calidad-precio de la ciudad hacen que la espera merezca la pena. Su selección de vinos es excelente.
Dirección: Calle Jordán de Urriés, 5
El Truco

Situado en el corazón de El Tubo se encuentra el bar con más magia de Zaragoza, y es que está regentado por Mario Cobretti, un ilusionista aragonés muy conocido.
Definitivamente, es el paraíso para los celíacos, ya que todo lo que preparan es libre de gluten.
Huevos rotos con carrilleras y reducción al Pedro Ximénez, una gran variedad de croquetas, caracoles a la llauna o su famosa brocheta de rape con langostinos y salsa tártara son solo algunas de las deliciosas propuestas que encontrarás en este establecimiento.
El local no es muy amplio, con solo una media docena de mesas altas, ideal para estancias breves. El ambiente es informal y animado, y el servicio es rápido y eficiente.
Dirección: Calle Estébanes, 2
Aires del Sur

José Martínez Gago, un experimentado hostelero de Huelva que introdujo los sabores andaluces en la capital aragonesa hace ya una década, acaba de abrir un nuevo nuevo Aires del Sur en el Tubo, que se suma al de la calle de Cádiz.
El restaurante ofrece una amplia variedad de platos típicos de Andalucía, como la gamba blanca de Huelva, el jamón ibérico de bellota, el boquerón en adobo, la tortilla de camarones, los chocos fritos o los langostinos tigre de Sanlúcar de Barrameda.
Aires del Sur ofrece una amplia variedad de vinos para acompañar los platos, que abarca desde blancos de Bollullo Par del Condado y Sanlúcar de Barrameda, característicos del sur de España, hasta una selección de tintos aragoneses.
Si bien es cierto que cualquier rincón de esta taberna es capaz de evocar un ‘aire del sur’, su construcción, sobre los cimientos de la antigua muralla romana de Zaragoza, hace posible la fusión en un mismo espacio entre la gastronomía andaluza y la historia de la capital aragonesa. Basta con mirar al suelo para contemplar algunos de los restos de la pared defensiva levantada, según los arqueólogos, hace más de dos mil años.
Dirección: Calle Mártires 2
El Bula Tapas

Puede que el interior de este Bula no arrebate, tampoco quiere jugar a local de moda ni encuentro socialité. Pero se vale de buen gusto y sobria puesta en escena en la que destaca su barra retroiluminada dominante de la zona de mesas altas, más de picar informal y beberse un vermut. El resto de los espacios, con luz graduable, son agradables para centrarse en comer.
Aquí encontraremos un buen producto y algunas recetas imaginativas como el rulo de cabra a la plancha con confitura de tomate, la tostada de foie a la plancha o los revueltos de trigueros y boletus, los huevos rotos con carabineros, pero sobre todo buen producto a precio asequible como el solomillo de cerdo ibérico en adobo sobre pan con tomate con casse o las patatas bravas gajo con espuma de nitrógeno de alioli, mayonesa de oliva negra y picante casero. Todo de primera.
Las brutales croquetas merecen destacarse por encima del río de croquetas que nos sepulta. Entre su amplia variedad de carnes, recomendamos el chuletón de vaca vieja gallega, el solomillo de vaca a la brasa, el lomo de buey black angus de Nebraska a la parrilla y los dados de solomillo de vaca salteados con langostinos y salsa perrins.
Producto selecto en franja asequible -cerdo, bacalao, atún, ternera, en inspiradas recetas con un punto de inventiva intermedio, que ni deconstruye ni quiere ser tu abuela- que, con suplemento, crece a ración y media.
Dirección: Calle Mártires 8
El Cuartelillo de El Tubo

Un clásico a la hora del aperitivo y cuando cae la tarde. Ubicado en la calle Cinegio, 10, en pleno corazón del Tubo, El Cuartelillo centra su propuesta gastronómica en sus originales ‘montaditos con autoridad’. Partiendo del clásico ‘guardia civil’ y de su versión picante, elaborados ambos con lomos de sardina de cubo, quienes acudan a El Cuartelillo podrán saborear además otras propuestas inspiradas en los cuerpos y fuerzas de seguridad. Todos van en formato bocatín.
El ‘guardia civil’ dulce está hecho con sardinas, pimiento del piquillo, pepinillo y tomate. El ‘Guardia Civil’ picante está hecho con sardinas marinadas en aceite de ajís, pepinillo y tomate. El ‘legionario’ está hecho con ensaladilla rusa/aragonesa con queso de cabra. El ‘Secreta’ está hecho con cerdo asado y uvas osmotizadas en mostaza a la antigua.
El ‘soldado’ está hecho con carne de pato. El ‘nacional’ está hecho con tortilla de patata con jamón ibérico. El ‘Local’ está hecho con paté de ternasco de Aragón con pan de patata y alioli de borrajas.
Se llena de gente de todo tipo atraída por los precios razonables y ese tipo de comida auténtica y genuina. Algo de agradecer en estos tiempos del ‘instafoodie’.
Dirección: Calle Ossau, 2
El Burladero del Tubo

A esta taurina taberna andaluza le precede su reputación, por eso te costará encontrar sitio los fines de semana. Pero si logras hacerte un hueco en alguno de los barriles que decoran el local o en su barra, comprobarás por qué es tan famosa.
La propuesta gastronómica del Burladero mira al Sur. El menú ofrece una amplia variedad de platos tradicionales, como el guiso de rabo de toro, el chicharrón de Cádiz, el lomo mechado, la pluma y la presa ibérica a la brasa, el cazón en adobo y el mollete de Antequera relleno de pringá.
También hay platos más informales, como los flamenquines, la ensaladilla rusa, las papas con alioli, la oreja y el morro fritos y los torreznos. Y, por supuesto, no podía faltar su receta estrella: los pimientos rellenos de carne picante que se gratinan al horno.
Profesionales a la altura al otro lado de la barra y cocina auténtica y genuina lo convierten en un espléndido puerto para desembarcar.
Cuando llega el buen tiempo tiene una terraza pequeña, animada y agradable.
Dirección: Calle Ossau 2
Vinos Nicolás

El Tubo es una de las zonas gastronómicas más vibrantes y populares de Zaragoza, especialmente cuando llega la hora del vermut y más aún con la llegada del buen tiempo. Este conjunto de calles se llena de vida y se convierte en un punto de encuentro para locales y turistas por igual. Entre los imperdibles de esta zona se encuentra Vinos Nicolás, un lugar que se ha ganado un puesto destacado en nuestra lista de los mejores sitios para tapear en El Tubo.
La oferta de Vinos Nicolás es sumamente variada, destacando por sus tapas, raciones de comida típica aragonesa y pinchos creativos, todo acompañado por una cuidada selección de vinos aragoneses. Entre sus especialidades destacan el taco picante y los huevos rotos, que hacen de este lugar una parada obligatoria para quienes buscan disfrutar de lo mejor de la gastronomía local, a tan solo un paso de los principales atractivos de la ciudad.
Dirección: Calle de los Estébanes, 4
Taberna Amy

Situado en la transitada calle Cinegio, frente a Mestiso, otro renovado establecimiento en el nuevo Tubo, Amy cuenta con una terraza amplia y una atmósfera acogedora en su interior. La iluminación cálida y la decoración con madera quemada, piedra y ladrillo crean un ambiente ideal para disfrutar de una estancia prolongada, en lugar de un tapeo rápido. Las sillas y taburetes están diseñados para ser cómodos, fomentando una experiencia relajada.
Amy destaca por su atención al detalle tanto en la presentación como en la calidad de sus productos. Las vitrinas de la barra muestran tapas que reflejan un esmero especial en su preparación y presentación. Además, el local mantiene altos estándares de higiene, transmitiendo una sensación de limpieza y cuidado.
En cuanto a la oferta gastronómica, Amy presenta una propuesta clásica del Tubo con un toque distintivo. Rami ha diseñado un menú que incluye tapas y raciones preparadas con atención al detalle. Entre los platos destacados están las olivas fritas rellenas y rebozadas, las papas Amy, que son una versión especial de las bravas clásicas, y el bombón de morcilla almendrado. Los productos, como la masa y el relleno de las empanadillas, son caseros, al igual que la torrija, que se sirve en un nivel muy alto.
Dirección: Calle Cinegio, 1