La iglesia de San Gil es una de las primeras fundadas tras la reconquista de Zaragoza en 1118. Está situada en el centro de la ciudad, en una de las calles más importantes del trazado histórico.
Aunque no se tienen noticias ni quedan restos que lo puedan avalar es casi seguro que la primitiva fábrica de la iglesia fuese en estilo románico e incluso existe la posibilidad, de que antes de la reconquista existiese un templo mozárabe o un aprovechamiento de un edificio musulmán del cual pudiera formar parte el actual cuerpo bajo de la torre.
Como ocurrió con la mayoría de iglesias románicas de Zaragoza, el edificio original tuvo que ser sustituido por otro más amplio ante el aumento de la población.
En la segunda mitad del siglo XIV se construyó la actual iglesia, que sigue el prototipo de iglesia-fortaleza característico del mudéjar aragonés de esta época.
Su elemento más destacable es la torre-campanario, documentada ya en 1356, una de las mejores del mudéjar zaragozano, con decoración de rombos y arcos entrecruzados, típica de este estilo.
Siguiendo la tipología de iglesia-fortaleza mudéjar, su torre contaba con una tribuna que permitía controlar dos poblaciones muy cercanas a este lugar, la Judería y la Morería.
En el siglo XVIII se realizó una reforma barroca que cambió la orientación del edificio para dar entrada al templo desde la calle de San Gil, abierta hacia 1640. Para ello se derribaron los testeros rectos mudéjares y se añadieron la cabecera y pies poligonales.
También se construyó una nueva cubierta de bóvedas de cañón con lunetos, que vendría a sustituir a la original de crucería, y se redecoró el interior con yeserías.
La sacristía construida entre 1776 y 1779, también es destacable dentro del edificio al poseer una bóveda decorada con un fresco del pintor Ramón Bayeu (cuñado de Francisco de Goya).
Entre 1992 y 1993 se realizaron obras para la nueva iluminación de la nave. En el año 2000 se llevaron a cabo obras de reparación de la sacristía y acondicionamiento de un local para archivo parroquial. En estos años también fueron restaurados varios lienzos de la sacristía, la decoración de las pechinas y hornacina y se procedió a la limpieza del órgano.
A los pies de la torre mudéjar de la iglesia San Gil Abad, encrucijada entre las calles Ossau, Estébanes y Cinegio, se despliega el Tubo, donde hay un sinfín de lugares donde recrear el buen gusto por las tapas.
Dirección: Calle de Jaime I, 15