En pleno corazón de Zaragoza, una avenida nos invita a adentrarnos en el Casco Histórico y a conocer muchos de sus secretos, mientras propone un sugerente diálogo con el presente. Se trata de César Augusto, una de las vías más añejas de la ciudad.
Su nombre inmortaliza al emperador romano César Augusto, quien ordenó la construcción de la ciudad en el año 24 A. C, cuando la ciudad era llamada Caesaragusta, que derivó en Zaragoza, su actual nombre. Testigo de infinidad de acontecimientos, rica en secretos y anécdotas, César Augusto ha latido al ritmo del corazón de los zaragozanos a través de los siglos.