Aunque su nombre real es el de Fuente de la Princesa, todo el mundo en Zaragoza conoce este monumento como Fuente de Neptuno.
La fuente fue realizada en 1833 por el escultor aragonés Tomás Llovet y fue la primera fuente de agua potable monumental que tuvo la ciudad de Zaragoza.
Desde su pedestal, que la ubica a tres metros de altura, Neptuno asiste al paso de la gente que deambula. Además del dios Neptuno, la fuente está decorada con cuatro fantásticos delfines o tritones.
Para la imagen del dios de los mares, Llovet se inspiró en la Fuente de Neptuno del Paseo del Prado de Madrid.

El monumento se encargó para sustituir a la Cruz del Coso, un templete que indicaba -según la tradición cristiana- el lugar en el que se habían torturado a los innumerables mártires.
La fuente se instaló en la Plaza de San Francisco (después llamada de la Constitución y hoy de España) en 1845, en conmemoración del juramento como princesa heredera de la futura reina Isabel II.
Tomaba el agua del Canal Imperial y disponía de una alcantarilla de conducción que partía de la Casa de Baños, situada en el Salón de Santa Engracia y otra de desagüe que vertía las aguas sobrantes al río Huerva.

Durante más de 50 años, esta fuente sirvió como abastecimiento de agua para los vecinos, hasta que en 1902 fuera desmontada para construir en su lugar el monumento a los Mártires de la Religión y la Patria (la fuente que podemos ver en la actualidad en la Plaza de España).
A lo largo de tres décadas estuvo almacenada en un taller de cantería sin ver la luz. Hasta 1935, momento en el que el Ayuntamiento de Zaragoza decidió montarla en la Arboleda de Macanaz.
Pero la ubicación no terminaba de encajar en los planes municipales y en 1946 se volvió a mover hasta su sitio definitivo, en el Parque José Antonio Labordeta.

La fuente está rodeada de una bella plaza recientemente renovada, perfecta para un día de picnic en un día soleado o disfrutar de una velada romántica en los cercanos veladores.
El conjunto de escultura, agua, parterres y palmeras son un engranaje visual magnífico donde cada detalle suma al conjunto.
Dirección: Glorieta de la Princesa, Parque José Antonio Labordeta