Glorieta Sasera es uno de los puntos de encuentro más populares de la ciudad.
Fue concebida en 1909 como parte del ambicioso plan de reforma y ensanche de la ciudad de Zaragoza, que se desarrolló con motivo de la Exposición Hispano-Francesa de 1908.
En el centro se colocaron los dos cañones junto a un obelisco en recuerdo del Reducto del Pilar, obra del arquitecto municipal Ricardo Magdalena.
El Reducto del Pilar fue uno de los fortines más importantes de los Sitios de Zaragoza, formado por una muralla de piedra protegida por un foso, ocho cañones y cuatrocientos hombres.
Tras la batalla los cañones fueron conservados en un almacén de la Aljafería y todavía serían utilizados en las Guerra Carlistas.
El obelisco conmemorativo fue sustituido en 1963 por una escultura en bronce de Federico Amutio titulada “Por la Patria. 1808”.
El antiguo obelisco del arquitecto Ricardo Magdalena se daba por desaparecido, hasta que dimos con él en la ampliación del Parque Pignatelli.
La gran revolución de la zona llegó en los años 70 y 80, con la construcción de El Corte Inglés, la sede central de Ibercaja y el residencial Paraíso.
En la confluencia entre Constitución, Sagasta y Damas se ubicaba el colegio del Salvador de los Jesuitas, inaugurado en 1879. El enorme edificio contaba con una galería de 17 arcos y daba en uno de sus márgenes a un río Huerva sin cubrir.
Disponía de capilla, pero en 1922 se encargó construir una iglesia exenta. Se pusieron los cimientos, pero no llegó a concluirse. Las obras se retomaron décadas después y en 1960 abrió sus puertas la iglesia de la madre del Salvador, donde hoy se ubica la sede central de Ibercaja.
Tenía una torre campanario en su fachada frontal, planta de cruz latina y tres naves. No duró mucho. Apenas una década después los jesuitas vendieron todo el solar y las construcciones fueron demolidas.
Siempre está llena de gente de todas las edades, por lo que es un gran lugar para experimentar la atmósfera incomparable del centro de Zaragoza.
Todo el conjunto arquitectónico y humano es impresionante, y el paseo por una de las principales arterias comerciales y turísticas de Zaragoza se hace totalmente ineludible, tanto para los viajeros que llegan por primera vez a la capital maña como para aquellos que la conocen como la palma de su mano.