Ya en la entrada de la calle de Diego Dormer, se respira un ambiente distinto, un aire de otra época que, como del siglo XVI, envuelve el ambiente mientras llegamos a la puerta del palacio de la Real Maestranza de Caballería.
La antigua casa de Miguel Donlope es una construcción que fue ordenada por el jurista de origen converso Miguel Donlope. Es uno de los edificios renacentistas más singulares y mejor conservados de la capital aragonesa que data del primer cuarto del siglo XVI.
Para la construcción de la casa fueron llamados varios artistas que ejecutaron diferentes partes del edificio. Por prescripción del propietario se siguió el modelo del Palacio de don Juan de Coloma, situado en el Coso.
Pedro Rebollo, rejero del rey, fue llamado para realizar en 1541 las rejas que cubrirían los vanos del exterior del edificio y otras alojadas en la arquería de la parte superior de la escalera que ya no existen.
Jaime Fanegas realizaría el alero de la fachada principal, mientras de Bernat Giner sería el autor de las magníficas techumbres de la planta noble y de la escalera.
Si bien todos estos artistas están documentados, se desconoce la autoría del proyecto y dirección de las obras, cuya finalización se puede establecer hacia 1547.
Este edificio es un hito en la arquitectura civil, ya que en su construcción presenta una gran evolución artística. En la fachada se aprecian elementos que se convertirán en típicos de estas construcciones como el acceso en arco de medio punto, la ordenación en altura en tres pisos y la galería de arcos doblados.
En la primera planta se observa la portada en forma de arco de medio punto entre vanos rejados. En esta planta se encuentran una de las más hermosas salas del palacio, la Sala Dorada o Salón del Trono del palacio de la Aljafería, zona que ha conseguido fundir a la perfección los elementos de decoración mudéjar (como las estrellas) con los los medallones renacentistas.
En la planta noble los vanos con balcones cortan la línea de imposta. En esta planta destacan los tres salones utilizados por la Real Maestranza para sus reuniones estratégicas. Estas salas se siguen utilizando hoy en día como punto de encuentro entre los miembros de la Real Maestranza de Caballería aragonesa.
En la planta alta la galería de arcos doblados se remata con el alero de madera. Es uno de los más importantes de los palacios aragoneses y uno de los primeros elaborados respondiendo al tipo clásico del momento.
En esta zona también destacan los tres salones utilizados por la Real Maestranza para sus reuniones estratégicas. Estas salas se siguen utilizando hoy en día como punto de encuentro entre los miembros de la Real Maestranza de Caballería aragonesa.
Coronando este palacio encontramos un mirador, con un gran ventanal, ‘asomado’ a la catedral de San Salvador (La Seo).
En el interior conserva en buen estado los elementos más interesantes: patio, escalera y sala con cámaras contiguas, constituyendo el resto del edificio vivienda particular.
Visitar la Real Maestranza de Zaragoza es realizar un viaje al pasado que conecta con la historia de la ciudad. La imaginación hace que nos traslademos al siglo XVI, mientras nos parece oír el trote de los caballos que acercan a los soldados al palacio.
Un pequeño vestíbulo nos adentra en un patio, de típico estilo aragonés, sujeto por rigurosas columnas unidas en arcos de medio punto. En el patio se descubren piezas únicas como un carruaje -berlina- que participó en la comitiva nupcial de Alfonso XII, o las únicas ventanas del siglo XVI, las tres carpinterías únicas de esta época que quedan en Zaragoza.
La rica historia de esta casa la vincula a diversas familias ilustres de Zaragoza y a ciertos acontecimientos históricos que la situaron al borde del derribo. En 1591, Antonio Pérez y sus colaboradores fueron acusados de traición y se mandó derribar sus casas. Entre estos colaboradores se encontraba el propietario del palacio, Manuel Donlope, cuyo hermano Miguel, confidente de Felipe II, medió para evitar la destrucción del inmueble.
Los Oña habitaron la casa durante el siglo XVIII, pasando posteriormente a los Jordán de Urriés, cuya descendiente vende la casa en 1912 a la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza.
El edificio se convirtió a partir de entonces en sede de esta Real Orden, que comparte el inmueble en alquiler con algunos particulares que tienen su vivienda en la casa. Del espacio interior original poco se conserva, debido a las modificaciones sufridas a lo largo de los años, y principalmente a la adaptación de parte de la casa para viviendas de alquiler.
La Maestranza era una corporación nobiliaria de protección real en las batallas, cuando no había ejércitos. El origen de esta institución se remonta a 1505, fecha en la que el rey Fernando el Católico autoriza la Cofradía de Caballeros e Infanzones bajo el patrocinio del Señor San Jorge mediante Real privilegio. El rey Fernando VII confirmaría la solicitud de 10 de octubre de 1819 que permitió la transformación de la Cofradía de San Jorge en la Real Maestranza de Zaragoza.
El edificio fue declarado monumento nacional en 1931.
Dirección: Calle Diego Dormer, 21, al lado de La Seo, enfrente del palacio de Huarte, hoy Archivo Histórico Provincial de Zaragoza
Entrada: El acceso solo está permitido con las visitas guiadas que ofrece Zaragoza Turismo, los sábados y domingos (excepto agosto) de 11 a 14 h. El precio de la visita es de 2 euros.
Sitio web: https://rmcz.es/