La calidad gastronómica de Zaragoza es innegable, y los bares de la ciudad no son la excepción. Aunque muchas veces el foco se encuentra en el centro, otros barrios, como el Actur, esconden auténticas joyas para los amantes del tapeo y el buen ambiente. Por eso, hoy nos trasladamos a este rincón zaragozano para descubrir los mejores bares del Actur, donde se disfruta de una oferta única y de calidad sin salir del barrio.
Mediterránea Café
Mediterránea Café ha abierto sus puertas en el barrio del Actur, en Zaragoza, y ya se perfila como el nuevo lugar de referencia para los amantes del brunch, los desayunos especiales y el café de calidad.
Ubicada en la calle Gabriel Celaya, 10, esta cafetería es el proyecto personal de las hermanas Marina y Bea Torcal, quienes han puesto todo su empeño en crear un espacio acogedor, lleno de detalles y con la serenidad propia del Mediterráneo.
Mediterránea Café ofrece una experiencia completa para quienes buscan sabores únicos en un ambiente cuidadosamente decorado.
La carta del local destaca por su brunch completo, que incluye bagel, tarta y bebida desde 14 euros. Además, Mediterránea Café cuenta con opciones de desayuno y merienda desde 3 euros, que incluyen café o capuccino con cookie, así como poke bowls, açaí bowls, y los tradicionales churros con chocolate, perfectos para los días de otoño. También se pueden disfrutar de tablas de embutidos, ideales para un vermú o un after work en el que elegir entre vino, cerveza o cava.
Dirección: Calle Gabriel Celaya, 10
La Cava
Si queréis probar los productos kilómetro cero procedentes de Aragón os tenéis que acercar hasta La Cava. El restaurante ofrece una cocina imaginativa que toma los productos de Aragón como referencia para sus interpretaciones.
La Cava apuesta por una cocina aragonesa de autor elaborada con productos de temporada, próximos y de calidad.
Aquí encontraremos un buen producto y algunas recetas imaginativas, pero sobre todo buen producto a precio asequible como las croquetas caseras, el arroz del Ebro con sepia, el asado de ternasco a la cuchara, el foie a la sartén, los huevos rotos camperos o las habitas fritas con jamón. Y unas bravas aragonesas (una patata asada con un sabroso sofrito de tomate y un suave alioli) fenomenales.
También tienen varias opciones vegetarianas y aptas para celíacos. ¡Avisados estáis!.
Dirección: Calle Ildefonso Manuel Gil, 4, esquina con María Zambrano
Espacio Emboca
Un restaurante-terraza en el Parque del Agua, así podríamos definir al Espacio Emboca. En el Espacio Emboca se puede ir a tomar una cervecita bien tirada, un vinito o un vermut, y satisfacer el apetito a base de aperitivos.
Proponen una cocina basada en la gastronomía aragonesa de toques creativos en un entorno idílico. Cuentan con un completo menú del día, pero también con una carta realmente sorprendente.
De la carta, elijas lo que elijas, acertarás: producto de primera y una elaboración impecable del chef, que tanto te clava un secreto ibérico a la brasa acompañado de mojo rojo, un chuletón de vacuno mayor de «La Finca» como un rape a la brasa, bilbaína y su pil pil. Los postres están totalmente a la altura.
Si las tres patas de un restaurante son el espacio, la cocina y la acogida, Espacio Emboca es un tres de tres. Es un espacio que está absolutamente abierto, de hecho, no hay paredes de obra, son todo cristales diáfanos.
Dirección: Junto al Campo de Golf de Ranillas, Parque del Agua
Sentinel
Con más de 20 años de trayectoria, el restaurante Sentinel se ha convertido en un auténtico todoterreno de la restauración. Lo que comenzó como una discreta bocatería en el Actur ha evolucionado hasta ofrecer una amplia carta con propuestas que transforman los bocadillos en auténticas delicias gourmet.
Ejemplo de ello son sus nuevas incorporaciones: atún rojo en escalopines con tomate, pimiento y cebolla; secreto ibérico con champiñones y salsa de curry a la miel; y rabo de toro estofado al Pedro Ximénez.
A lo largo de los años, el restaurante ha ampliado su oferta culinaria, añadiendo ensaladas, tostadas, platos combinados, pizzas con masa casera, hamburguesas rellenas de foie o queso provolone, sándwiches, y mucho más. Sin embargo, sus entrantes son particularmente populares, como los huevos rotos con foie y jamón serrano, y las diferentes versiones de patatas: camperas con cuatro salsas, Sentinel asadas con alioli y picante, y Sinaí gratinadas con verduras, bacón y queso.
Dirección: Calle de Ildefonso Manuel Gil, 36
Brujas y Flandes
Situado en el barrio del Actur, el restaurante Brujas y Flandes se distingue por ofrecer una experiencia gastronómica única. En su carta, se puede encontrar una gran variedad de platos que van desde frescas ensaladas, hasta deliciosas raciones de mar, así como pescados y carnes de calidad, sin olvidar los exquisitos postres.
Para empezar el día, el restaurante también propone un delicioso desayuno con café recién hecho como acompañante imprescindible.
Brujas y Flandes dispone de tres menús diferentes pensados para satisfacer los distintos gustos de sus clientes.
De lunes a viernes, ofrecen un menú del día disponible de 13:00 a 15:30 horas, que incluye una selección de platos, postre y bebida a un precio asequible. Los sábados, el menú se vuelve más exclusivo con una selección especial de platos, mientras que los días festivos se ofrece un menú especial que presenta platos exclusivos para celebrar la ocasión.
Dirección: Calle María Zambrano, 48
Luna Morena
Al lado del recinto de la Expo encontraréis la Luna Morena, una terraza ‘cool’ con casi medio centenar de mesas a 50 metros de la ribera del Ebro donde beber unas cañas bien frías y picar unas bravas.
Aquella frase que se lee en todas las guías turísticas sobre el ‘marco incomparable’ sospechamos que se acuñó por la Luna Morena. No se nos ocurre ningún otro lugar en Zaragoza más ideal.
Sentarse una noche de primavera en su terraza llena de árboles y palmeras con un cóctel entre las manos os hará sentir como los verdaderos protagonistas de la Dolce Vita.
Dirección: Avenida José Atarés, 15