Casa Solans Arquitectura Modernista
Casa Solans

Casa Solans

La Casa Solans es una villa modernista construida por el industrial harinero Juan Solans entre los años 1918 y 1921 en el número 60 se la Avenida de Cataluña.

Enfrente, al otro lado de la avenida, se encontraba su fábrica de harinas La Nueva Harinera, situada en el antiguo Camino del Gállego posteriormente calle Bielsa.

El proyecto fue realizado por el arquitecto zaragozano Miguel Ángel Navarro, autor entre otros edificios de los Almacenes El Aguila en la calle Alfonso I, del Hospital de la Cruz Roja, en la Plaza de los Sitios, del Mercado de Pescados (actual Teatro del Mercado) en la plaza de Santo Domingo, y del grupo escolar Joaquín Costa en el paseo María Agustín.

La casa se encontraba en origen rodeada por una valla y un jardín, aunque en la actualidad se encuentra rodeada por vías de comunicación.

Decoración de la Casa Solans de Zaragoza
Decoración de la Casa Solans (Foto: Francis Raher bajo licencia CC BY 2.0)

Tanto por su diseño como por su decoración es un buen ejemplo de arquitectura ecléctica privada, que presenta una ornamentación modernista e historicista, en la que destacan por su vistosidad los paneles de azulejos polícromos de la fachada occidental, con las figuras de los signos del zodiaco. Esta vistosidad hizo que se le conociera popularmente en el barrio como “la casa de los azulejos”.

La casa está configurada por la unión de dos volúmenes, uno de tres alturas y otro de dos terminando ambos en una terraza. Sus cuatro fachadas presentan distintos tratamientos, destacando los miradores y balconadas que daban a la zona del jardín, que confieren una gran plasticidad al conjunto.

Las columnas policromadas del mirador, inspiradas en las del Palau de la Música de Barcelona.

Vista de la Casa Solans desde la Avenida de Cataluña
Vista de la Casa Solans desde la Avenida Cataluña (Foto: Ecelan bajo licencia CC BY 2.5)

En su interesante decoración se combinan motivos realizados en diversos materiales como, por ejemplo, piedra, ladrillo, azulejo, madera o hierro, cuya variada textura y policromía, acentúa el eclecticismo de esta obra. Entre los motivos decorativos destacan una serie de signos zodiacales (Aries, Cáncer, Libra y Capricornio) que señalan el comienzo de las cuatro estaciones y varios escudos heráldicos de la familia.

Los azulejos y mosaicos que decoran el exterior y el interior del mismo, fueron traídos de fábricas situadas en Castellón y Valencia, encargándose la realización de las vidrieras a La Veneciana S.A. de Zaragoza.

Vista de la Casa Solans
Vista de la Casa Solans desde la Avenida Cataluña

Más allá de las consideraciones formales o estilísticas propias, la Casa Solans no podría entenderse plenamente sin ponerla en relación con otro edificio emblemático de la arquitectura contemporánea zaragozana: el Palacio de Larrinaga. Éste es obra de Félix Navarro y la Casa Solans, de su hijo Miguel Ángel Navarro. Ambas son residencias suburbanas de la burguesía acomodada, situadas junto a una carretera a las afueras de la ciudad, y sin limitaciones presupuestarias dada la solvencia de los clientes.

El Palacio de Larrinaga y la Casa Solans comparten el diseño ecléctico, la riqueza material, la abundancia ornamental y la originalidad de sus motivos decorativos. El ladrillo es ambos casos el material predominante, pero con la piedra, los tarjetones cerámicos y la forja, también muy presentes.

En 1921 la Casa Solans sufrió un incendio y en 1926, fallecido Juan Solans, su mujer Rafaela Aísa Farasdués se instaló en la casa.

Posteriormente ante los desperfectos sufridos durante la Guerra Civil, encargó una nueva reforma del inmueble en febrero de 1943, que nunca llegó a realizarse.

Figuras de los signos del zodiaco en la fachada de la Casa Solans
Figuras de los signos del zodiaco en la fachada de la Casa Solans

La finca fue vendida a Inmobiliaria Loarre en 1972. La conservación del edificio sufrió un largo proceso de degradación dado que estuvo deshabitado más de 20 años, soportando innumerables actos de vandalismo. El inmueble estuvo a punto de desaparecer bajo la piqueta al ser declarado en ruinas en 1995.

Tras evitar el derribo y aprobar su recuperación, se iniciaron las labores de rehabilitación casi artesanal que ha supuesto la recuperación de azulejos, pinturas y artesonados.

Entre 2005 y 2015 fue la Oficina de Naciones Unidas de apoyo al Decenio del Agua. En la actualidad, el inmueble alberga Ebrópolis y la Oficina de Cooperación al Desarrollo.

Actualmente, el edificio se emplea para conciertos y otras iniciativas culturales de forma puntual.

Dirección: Avenida de Cataluña, 60

 

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