Barrio de Las Delicias

Las Delicias es un barrio de origen agrícola, marcado desde el siglo XIX por la instalación de las estaciones de ferrocarril de Cariñena, Campo Sepulcro y Caminreal.

Desde comienzos del siglo XX, esta zona poblada de vaquerías, huertos y acequias adquirió un carácter urbano a partir del asentamiento de las primeras parcelas.

La construcción de diversas industrias, como Carde y Escoriaza (hoy parte de CAF) en el actual Parque Roma, fue fundamental para dar forma al futuro barrio al atraer población, viviendas y servicios.

Otras empresas como Tudor (en el Centro Comercial Augusta), Alfonso Solans Viamonte (en la calle Blanca de Navarra, que se convertiría en Pikolin), boinas Tello (actual Mercado Ciudad Jardín), cauchos Criado y Lorenzo (zona de Los Enlaces), Chocolates Orús y Averly también contribuyeron.

La zona se volvió atractiva para inversores y promotores, quienes adquirieron terrenos y construyeron viviendas para satisfacer la creciente demanda.

Algunas de las primeras construcciones se situaban paralelas a las calles, como en la zona de Delicias, Pedro de Luna y Unceta. Sin embargo, junto a esta zona ordenada y controlada, encontramos otras mucho más caóticas que siguen el trazado de las antiguas acequias que hasta hace poco regaban la zona de huertos que ocupaba el lugar, así como los caminos que las cruzaban y servían de linderos.

Aunque hoy en día estas acequias han desaparecido, sus recorridos tortuosos siguen dejando su huella en la forma de la ciudad. Lo que en su día eran parcelas aleatorias de huertos, hoy mantienen su misma huella en forma de viviendas. Estas acequias corresponden, entre otras, a la calle Barcelona, el camino de la Mosquetera y la calle Terminillo. Estas zonas, incluyendo el entorno de la Plaza de Huesca, conforman el centro histórico de Las Delicias.

En 1930, alrededor de la actual avenida de Madrid y la calle de Delicias, ya se contaban 10.000 habitantes. La mayoría de los habitantes eran personas que habían llegado desde el medio rural a la ciudad.

Aunque el barrio se extendía hasta los límites de la ciudad consolidada, no formaba parte de ella debido a que la línea de tren lo separaba del resto de Zaragoza. La conexión entre ambas zonas se producía a través de un peligroso y problemático paso a nivel situado al principio de la Avenida de Madrid.

A pesar de la barrera que suponía la línea de tren, el barrio continuó creciendo y densificándose sin atender a la planificación adecuada ni a las necesidades de sus habitantes. Algunos ejemplos de la mala planificación son calles sin salida, interrumpidas por otros edificios, y manzanas excesivamente largas, como el frente oriental de la calle Delicias (de 500 metros), atravesado hoy por dos pasajes a nivel de calle, así como la falta de espacios verdes y equipamientos.

A lo largo de las últimas décadas del siglo XX, las asociaciones vecinales del barrio y sus protestas lograron que las partes que quedaban por construir en el barrio se convirtieran en zonas verdes. Gracias a estas actuaciones, surgieron zonas como la Bombarda, el anillo que rodea la Bozada y los parques Castillo Palomar, Sedetania, Avicebrón, Avempace y, por supuesto, el Parque Delicias, que ocupa parte de los terrenos del antiguo psiquiátrico. Aunque estas iniciativas mejoran la calidad del entorno más cercano, todas ocupan lugares periféricos y no solucionan el problema del centro histórico. Sin embargo, es importante destacar que estas acciones son un paso en la dirección correcta para mejorar la calidad de vida de los habitantes del barrio y su entorno.

Se han llevado a cabo varios intentos para mejorar la sensación de comunidad entre el barrio y el resto de la ciudad. Uno de ellos fue la construcción del Jardín Vertical en la calle Delicias, que funciona estupendamente a nivel de calle. Sin embargo, su desarrollo en altura es más dudoso, ya que es de difícil acceso y mantenimiento.

Este barrio cuenta con un tejido comercial único en Zaragoza, tanto por su cantidad como por su enorme oferta abierta a todos los zaragozanos. El buque insignia de este tejido es la calle Delicias, que gracias a su peatonalización, se ha convertido en un espacio donde la gente de Las Delicias socializa y se sienta a pasar el rato.

El aislamiento del barrio que supuso el tren en el pasado, hoy es el generador de nuevas oportunidades y un papel estratégico para toda la ciudad. La construcción de la nueva estación del AVE junto al barrio y el soterramiento de las vías han permitido acabar con el difícil cruce que supuso primero el paso a nivel, luego el paso a desnivel y más tarde el “mecano azul” del Portillo.

Además, la ciudad ha ganado una gran cantidad de espacio que conectará Delicias con el Centro a través de parques y equipamientos, como el Caixaforum.

El crecimiento hacia el sur ha mitigado el problema de la conexión con el resto de la ciudad, convirtiendo a Las Delicias en el centro geográfico de la ciudad y una parte importante de su sistema viario, que ahora permite la construcción de una importante red de carriles bicis para llegar a otros puntos de Zaragoza.

La última iniciativa que ha tenido un éxito rotundo en Las Delicias es la de las “Esquinas del Psiquiátrico”. Este conjunto de equipamientos y servicios, que incluye un teatro, un centro deportivo, piscinas, un centro cívico y la plaza más amplia del barrio, se encuentra junto al Parque Delicias.

 

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