Basílica del Pilar de Zaragoza
La Basílica del Pilar

Basílica del Pilar

La Basílica del Pilar es el edificio más representativo de Zaragoza, el templo barroco más grande de España, uno de los centros de peregrinación más importantes del país y un centro artístico de primer orden que reúne obras de gran valor de diferentes épocas, especialmente los frescos pintados por Francisco de Goya.

Bajo sus faldas, como si quisiéramos hacerle una reverencia, la admiramos desde la plaza del Pilar. Cruzamos sus puertas para adentrarnos en su solemne interior. Nada más entrar respiramos un ambiente sereno en el que se puede contemplar su grandiosidad.

Vista de la plaza del pilar con la basilica del pilar

La tradición nos cuenta que el 2 de enero del año 40 d.C. el apóstol Santiago el Mayor estaba en Caesaraugusta, la Zaragoza romana, predicando la palabra de Jesucristo a los paganos de la ciudad y que su ánimo se encontraba en horas bajas, ya que tan solo había logrado que se convirtieran 7 personas. Se encontraba con ellos aquella noche a orillas del río Ebro cuando la Virgen María, que seguía viviendo en Judea, se le apareció en carne mortal sobre una columna (o pilar) de jaspe para animar al apóstol en su cometido.

Santiago y sus 7 nuevos cristianos construyeron una primitiva ermita a orillas del río Ebro rodeando aquella columna o pilar sobre la que se les había aparecido la Virgen y después el apóstol regresó a Judea, donde acabó martirizado por el rey Herodes Agripa.

Esta columna de jaspe rosado de 1,80 metros de altura es lo único que se conserva de la capilla primitiva y su ubicación no ha variado desde entonces.

interior de la basilica del pilar
Interior de la Basílica del Pilar

Se conoce la existencia de varios templos anteriores al actual. Sobre una pequeña capilla paleocristiana dedicada a Santa María la Mayor que databa del siglo VIII se levantó, tras la Reconquista de Zaragoza por Alfonso I El Batallador en 1118, un templo en estilo románico.

En 1434 un incencio arrasó el conjunto del que sólo se conserva en la actualidad un tímpano de piedra con crismón, que se encuentra ubicado junto al acceso de la fachada sur (la que da a la plaza del Pilar).

El tímpano románico del Pilar
El tímpano románico del Pilar

Doña Blanca de Navarra, esposa del rey Juan II de Aragón, gran devota y mecenas, contribuyó a la edificación de un nuevo templo gótico-mudéjar que fue terminado hacia 1515. También debió financiar la actual imagen de la Virgen del Pilar, una talla de madera obra de Juan de Lahuerta realizada hacia 1436 en estilo gótico tardío.

El año 1515, siendo arzobispo de Zaragoza Don Alonso de Aragón, se concluyó la construcción. Se trataba de un edificio de nave única dedicado a Santa María la Mayor y de un pequeño claustro que albergaba la Santa Capilla que protegía el Pilar. La iglesia ocupaba un espacio mucho más pequeño que el actual, y se situaba de una manera notablemente diferente con respecto al templo de ahora.

En 1640 todo cambió gracias al llamado ‘Milagro de Calanda’. Cuentan las crónicas religiosas que al joven Miguel Pellicer, en una noche de marzo de 1640 en su casa de Calanda (Teruel), la Virgen le restituyó la pierna derecha que le había sido amputada y enterrada. El milagro se divulgó rápidamente por la Corte, y Miguel Pellicer fue recibido en Madrid por el Rey Felipe IV.

Una relación hecha en 1641 por el carmelita Fray Jerónimo de San José y luego traducida al italiano, difundió la noticia por España, Italia y Sur de Francia. En plena crisis de la Reforma protestante, el milagro supuso un espaldarazo a la fe y en recompensa, en 1676 el Papa Clemente X otorga la Bula de Unión, por la cual Zaragoza se convertía en la primera ciudad en el mundo en tener dos catedrales: la Seo y el Pilar.

Un templo que fue entonces nuevamente derruido para construir desde 1681 otro más grandioso en estilo barroco y neoclásico.

El Pilar actual es el resultado de un complejo y dilatado proceso constructivo que arranca a finales del siglo XVII y concluye a mediados del siglo XX, configurándose, sin embargo, como un edificio de carácter unitario de grandiosas dimensiones, armónicas proporciones y gran amplitud espacial.

Fue diseñado por Felipe Sánchez y modificado por Francisco Herrera el Mozo y Ventura Rodríguez.

El Pilar presenta planta rectangular de salón con tres naves de igual altura, siendo más ancha la central, y capillas entre contrafuertes rodeando todo el perímetro del templo. Se plantea de este modo como iglesia de peregrinación para circular por ella sin molestar el culto.

Cuenta con diferentes tipos de cubiertas (bóvedas, cúpulas) que se alternan de forma dinámica sobre gruesos pilares de sección cuadrada, salvo los que soportan la gran cúpula central que son poligonales. Los muros se articulan a base de pilastras que enmarcan las embocaduras de las capillas.

La gran cúpula central del Pilar
La gran cúpula central del Pilar

La decoración interior es obra de Ventura Rodríguez, quien siguiendo tendencias clasicistas, sustituyó los elementos decorativos de estilo barroco que se proyectaron en origen.

Elemento a destacar en el interior del edificio es la Santa Capilla, templete de planta oval diseñado por Ventura Rodríguez, que se sitúa en el segundo tramo de la nave central. Su altísima y envolvente cúpula está decorada con representaciones de la Venida de la Virgen, mientras que su altar tiene una ornamentación fuertemente clásica.

Planta de la Santa Capilla de la Basílica del Pilar en Zaragoza, uno de los trabajos más reconocidos del arquitecto Ventura Rodríguez
Planta de la Santa Capilla de la Basílica del Pilar en Zaragoza, uno de los trabajos más reconocidos del arquitecto Ventura Rodríguez

La talla de Nuestra Señora del Pilar preside la Santa Capilla, alzada sobre la Santa Columna y abrazada por un camarín de plata.

La Santa Capilla es la obra más espléndida de la basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza
La Santa Capilla es la obra más espléndida de la Basílica del Pilar

Su imagen de madera dorada, sobre un fondo de mármol verde y techo cubierto de joyas, que más que joyas parecen estrellas, se encuentra siempre bellísimamente adornada  con espectaculares alhajas y preciosos y antiquísimos mantones hechos a mano.

A todo el que la ve por primera vez le choca que la Virgen del Pilar, siendo tan famosa y patrona de algo tan grande como la Hispanidad, mida solo 36,5 centímetros.

La Virgen del Pilar tiene más de 500 mantos -hasta del Real Zaragoza- y algunos días se cambia varias veces. Su color responde a los colores litúrgicos. Así, si es Navidad encontraremos un manto blanco; si es domingo de Ramos o Viernes Santo, será rojo; morado si entramos en Adviento, Cuaresma y liturgia de difuntos; y verde la mayoría de las ocasiones, pues este color se asocia al período que va desde el Bautismo hasta Cuaresma y de Pentecostés a Adviento.

Sobre los altares de la Santa Capilla, dos grupos escultóricos de José Ramírez de Arellano en mármol de Carrara representan a los siete convertidos con Santiago y la Venida de la Virgen respectivamente.

Otra vista de la Santa Capilla de Ventura Rodriguez
Otra vista de la Santa Capilla del Pilar

Este conjunto es una exaltación de María a través de los sentidos. En la retórica del barroco es muy importante la persuasión, y nada mejor para ello que la narrativa plástica del milagro en los tres altares. Todo se cubre con una bóveda elíptica calada que deja ver la decoración pictórica de la cúpula pintada por Antonio González Velázquez.

Un retablo de alabastro, tesoro del templo, corona el altar Mayor de Nuestra Señora del Pilar. Fue esculpido por Damián Forment en estilo gótico-renacentista entre los años 1509 y 1518.

Verlo de lejos es una auténtica delicia, pero si no hay ceremonia religiosa, acercaros un poquito a este retablo porque uno se puede pasar horas admirando su extraordinaria calidad.

Un retablo magnífico del que este gran escultor de origen valenciano estaba tan orgulloso que hasta se retrató a sí mismo y a su esposa entre los cientos de figuras que esculpió para contar la vida de Virgen y de su Hijo.

El retablo del altar mayor de Nuestra Señora del Pilar fue esculpido por Damián Forment entre los años 1509 y 1518
El retablo del altar mayor de Nuestra Señora del Pilar fue esculpido por Damián Forment entre los años 1509 y 1518

Frente a él contemplamos el Coro Mayor, un conjunto de sillería y órgano, hecho en madera de roble y protegido por una verja manierista, en la que se representa la vida de Cristo y de la Virgen. 

Otro de los grandes tesoros del Pilar son las bellas y espectaculares pinturas de Francisco de Goya.

Durante su primera etapa, Francisco de Goya se convirtió en un destacado pintor religioso, género que practicó con gran maestría el resto de su vida. En Zaragoza trabajó principalmente en la Basílica del Pilar, donde dejó magníficas obras que ejemplifican el carácter, capacidad técnica y originalidad de su pintura.

En 1772, mientras Ventura Rodríguez, el arquitecto del Pilar, edificaba la Santa Capilla, el joven Goya recibió el encargo de decorar con un fresco la bóveda del coreto, el pequeño coro que hay frente de la Santa Capilla, donde representó ‘La adoración del Nombre de Dios‘.

Lograr este encargo no le resultó fácil a Goya. Durante años intentó acceder a una beca para la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, y al no lograrla se fué a Italia por su cuenta para aprender todo lo que pudiera.

De regreso a Zaragoza, con tan solo 25 años y envuelto del prestigio que le daba su formación en Italia, consiguió el encargo de la bóveda del coreto tras demostrar al Cabildo que sabía pintar al fresco (además de ofrecerles un presupuesto mucho más económico que su competencia, al pintor académico González Velásquez).

El fresco que pintó ‘La adoración del Nombre de Dios‘, con un modelado suave y cuidadas formas de clara influencia italiana, encajó perfectamente con la idea conceptual del Pilar.

La Adoración del Nombre de Dios o La Gloria de Francisco de Goya

En 1780, el Cabildo encargó a Francisco Bayeu, por entonces pintor del Rey de España, el resto de las cúpulas y bóvedas que rodeaban a la Santa Capilla y el pintor, contó con su hermano Ramón y con su cuñado Francisco de Goya.

Goya se encargó de la cúpula situada frente a la capilla de San Joaquín, con la letanía “Regina Martyrum”.

Era la primera vez que Goya se enfrentaba a una superficie semiesférica y, de nuevo, lo resolvió magistralmente.

No estaba acabada la obra cuando la Junta de Fábrica, que dirigía las obras del templo, subió a verla, y lo que encontraron no les gustó nada. Las figuras les parecieron enormes, son el doble del tamaño natural, aproximadamente, porque Goya, que era un adelantado a su tiempo, tenía claro que iban a verse a 30 metros de distancia. El trazo de Goya, libre y rápido, más próximo al impresionismo, chocaba con los gustos clasicistas de la época. Así que Goya no pintó nunca más en el Pilar.

bóveda “Regina Martyrum” en el Pilar de Zaragoza
La cúpula “Regina Martyrum” obra cumbre de Francisco de Goya en el Pilar

Goya dejó el proyecto muy dolido con el Cabildo y enemistado con Bayeu. Casi todos los bocetos presentados, incluidos los de Goya, se conservan en el Museo Pilarista.

Con el paso del tiempo la transgresora ‘Regina Martyrum‘ se convirtió es una de las obras religiosas más importantes de Goya y la que lo consagró como gran pintor.

Al exterior, el templo presenta cuatro fachadas construidas en ladrillo y piedra, de gran severidad compositiva, con muros articulados por pilastras y arcos enmarcando las puertas, siendo la fachada principal la que concentra los elementos más relevantes, como el relieve realizado en piedra caliza por Pablo Serrano en 1969 que representa la venida de la Virgen del Pilar a Zaragoza.

Ofrenda de flores en la celebración del 12 Octubre en el relieve de Pablo Serrano que representa la venida de la Virgen del Pilar a Zaragoza
Ofrenda de flores en el día del Pilar en el relieve de Pablo Serrano

Sobre la fachada y aupadas sobre unos pedestales, descubriréis 8 figuras de piedra imponentes. Sobre la puerta más cercana a la Fuente de la Hispanidad están San Vicente de Paúl y San José de Calasanz. A partir de ahí os esperan las estatuas de Santa Isabel de Portugal, San Braulio, San Valero y Santa Engracia. Y en la puerta vecina al Ayuntamiento están San Vicente Mártir y Santiago.

Todas ellas se realizaron entre los años 1949 y 1954 por los escultores aragoneses Antonio Torres y Félix Burriel.

Relieve de Pablo Serrano que representa la Venida de la Virgen del Pilar a Zaragoza.
Vista del relieve de Pablo Serrano desde la Plaza del Pilar

El conjunto se completa con las potentes cúpulas cubiertas con tejas vidriadas rematadas con linterna y cupulín y las esbeltas torres de los ángulos que acentúan la monumentalidad del edificio y le confieren un dinamismo de marcado acento ascensional.

La primera torre se levantó entre 1683 y 1715 y las tres restantes en el siglo XX, entre 1903 y 1961.

la basílica del Pilar, desde la otra orilla del Ebro.con antiguo puente, el puente de piedra, el más antiguo de la ciudad, de origen romano y restaurado en numerosas ocasiones.
La basílica del Pilar y el Puente de Piedra, el más antiguo de la ciudad, de origen romano y restaurado en numerosas ocasiones, 1860. Charles Clifford

Las dos situadas en la ribera del Ebro fueron sufragadas por el matrimonio de don Francisco Urzáiz y de doña Leonor Sala. Este importante matrimonio zaragozano, sin hijos pero con mucho dinero y propiedades, decidió regalar a la ciudad las dos torres que le faltaban a la Basílica con motivo de sus bodas de oro.

El Pilar es el único edificio cristiano de occidente que mantiene simbología taoísta china. Son hexagramas con una base matemática binaria que representan los pares de opuestos-complementarios: ser-nada, yang-yin, masculino-femenino o luz-sombra. Este sistema taoísta llegó a Zaragoza a través del ‘Libro de las Mutaciones’, que fue traducido por los jesuitas que estaban de misiones en China, allá por mediados del siglo XVII.

La Virgen del Pilar era uno de los baluartes morales de los zaragozanos durante los Sitios de Zaragoza (1808-1809). Por eso, los franceses no tuvieron ningún reparo en atacar su Basílica.

Vista de la Basílica del Pilar 1806. Dibujo de Louis-François Lejeune para ilustrar el libro 'Voyage pittoresque et historique de l’Espagne'de Alexander Laborde. Descendiente de españoles por parte de padre, Alexander Laborde viene a España como agregado de embajada de Luciano Bonaparte y recorre la península entre los años 1800-1806 en calidad de arqueólogo. Fruto del estudio de numerosos monumentos es su obra 'Voyage pittoresque et historique de l’Espagne'.
Vista de la Basílica del Pilar, 1806. Dibujo de Louis-François Lejeune para ilustrar el libro ‘Voyage pittoresque et historique de l’Espagne’de Alexander Laborde. Foto: Biblioteca Nacional de España bajo licencia CC-BY-NC-SA

Aún quedan impactos de artillería en las paredes externas, especialmente notables en la del este y en la que da al Ebro.

El templo fue refugio de los zaragozanos sin casa hasta llegar al hacinamiento, por lo que Palafox llegó a prohibir la entrada a quien no se pudiese desplazar por sus propios medios.

Impactos de artillería en la fachada este del Pilar (Calle del Milagro de Calanda)
Impactos de artillería en la fachada este del Pilar (Calle del Milagro de Calanda)

En el Pilar están enterrados la mayoría de los arzobispos zaragozanos de la Edad Moderna, así como los cuerpos de San Braulio y del general Palafox, entre otros.

Como curiosidad hay que citar las dos bombas de la guerra civil, expuestas muy cerca de la capilla de la Virgen, que cayeron sobre el edificio pero no llegaron a explotar.

Los dos proyectiles que impactaron en el Pilar se conservan en uno de los pilares cercanos a la Santa Capilla, justo debajo de las banderas de Haití, Costa Rica, México, Perú y El Salvador
Los dos proyectiles que impactaron en el Pilar se conservan en uno de los pilares cercanos a la Santa Capilla, justo debajo de las banderas de Haití, Costa Rica, México, Perú y El Salvador

Dice la tradición que en agosto de 1936, durante la guerra civil española, un avión republicano lanzó cuatro bombas sobre El Pilar. Una cayó al Ebro, otra a la Plaza del Pilar y dos en el interior del templo sin que ninguna de ellas llegase a estallar ni a causar daños de consideración, por volar el bombardero a muy baja altura.

Una de las mayores curiosidades al visitar el Pilar es el buscar el rastro que dejaron las dos bombas que impactaron
Una de las mayores curiosidades al visitar el Pilar es el buscar el rastro que dejaron las dos bombas que impactaron

Hay quien cuenta que se pusieron ahí a posteriori y se inventó la historia como una forma de propaganda anti-republicana. En cualquier caso, no deja de ser curioso ver los boquetes –al estilo Tejero en el Congreso de los Diputados– que supuestamente dejaron estos dos artilugios.

También cabe destacar la presencia de las banderas de España y de los diferentes países hispanoamericanos, por ser la Virgen del Pilar la patrona de la Hispanidad.

Todas las banderas que cuelgan están en la zona próxima a la entrada principal de la basílica, en frente de la Santa Capilla.

Banderas de Cuba, Paraguay, Chile, Uruguay y República Dominicana en la basílica del Pilar
Banderas de Cuba, Paraguay, Chile, Uruguay y República Dominicana en la Basílica del Pilar

Una tradición muy arraigada en Zaragoza es pasar a los niños por el manto de la Virgen del Pilar, para pedir para ellos su protección. Los Infanticos cumplen cada día, por turnos de dos, ese cometido. El mayor de ellos –tienen entre 8 y 12 años– subirá en sus brazos a los bebés; el pequeño de la pareja acompañará a los mayores a subir la escalinata hasta llegar a la imagen de la Virgen.

Para acudir con los niños es necesario conocer los horarios, pero no hay que anunciarlo ni pedir cita anticipada. No hay maño que no tenga una foto de niño con la Virgen del Pilar.

En en una de las paredes de la cara sur podemos observar el cuadro que representa el llamado ‘Milagro de Calanda‘. Como ya hemos comentado unos párrafos más arriba, en 1640 Miguel Pellicer, un joven que había perdido una pierna años antes, soñó con la Virgen y al despertar de nuevo tenía ambas piernas. Al año siguiente y tras una investigación, el arzobispo Pedro Apaolaza decretó el suceso oficialmente como milagro, lo que conllevó que en 1642 el concejo de la ciudad nombrara a la Virgen del Pilar como patrona de la ciudad, a lo que siguió la conversión del templo en 1676 en catedral por orden del papa Clemente X convirtiendo a Zaragoza en la primera ciudad del mundo en tener dos catedrales.

Mucha gente lo sabe, pero por tan solo 3 euros se puede disfrutar de las mejores vistas de Zaragoza desde el mirador de una de las cuatro torres de la Basílica de Pilar. Es la torre San Francisco de Borja, que abre todos los días de 10 a 14 horas y de 16 a 18 horas; excepto en los meses de verano que se prolonga su apertura en dos horas más. Se accede desde fuera de la basílica, por la Ribera del Ebro en la esquina con la Calle Florencio Jardiel.

Vista desde el mirador de la Torre San Francisco de Borja
Vista desde el mirador de la Torre San Francisco de Borja

Desde ahí divisamos, además de las impresionantes cúpulas de la catedral, los 14 puentes que sirven para cruzar el río Ebro, los más característicos, el de Piedra o el Puente de Hierro, pero también otros más modernos como el del Tercer Milenio del recinto de la Exposición Internacional de 2008.

Recomendamos subir en los últimos minutos de su horario. Es la mejor opción si se quiere disfrutar de un bonito atardecer con el Ebro a tus pies y es entonces cuando una mezcla de colores inunda toda Zaragoza.

Vista de la Basílica del Pilar desde el Paseo Echegaray y Caballero
Vista de la Basílica del Pilar desde el Paseo Echegaray y Caballero

No podemos irnos del Pilar sin llevarnos de recuerdo una de las típicas cintas del manto de la Virgen para colgar en el espejo del coche. Se les atribuye cierto carácter ‘milagroso’ por estar junto a María, pero la tradición procede de siglos atrás. Morir bajo el manto era un privilegio que tenían los caballeros y damas de la Corte de Honor de la Virgen y algunas personalidades, como el papa Juan XXIII, por ejemplo, o Alfonso XIII, que falleció en Roma bajo el manto que envió el Cabildo.

Con el tiempo y ante la creciente demanda del mantón en lugares tan dispersos, en el siglo XVII nacen estas cintas que los representan, en miniatura. Aviso: las auténticas cintas son las que se venden en el templo, porque son bendecidas. No sirven las que se comercializan por Internet. En este caso puede decirse que la tecnología todavía no ha superado a la fe.

El Pilar está abierto al público religioso y a todo el respetuoso de España y el mundo, adonde acuden los devotos a rezar en paz y tranquilidad, y otros a meditar, a aclarar su mente e impregnarse del influjo benefactor que imprime la sacra majestuosidad.

un grupo de monjas caminando por la plaza del pilar

Allí también se celebran ceremonias oficiales de la arquidiócesis, misas, bautizos, bodas y otras actividades, que han convertido a este templo en símbolo de la ciudad a través de los siglos, con millones de fotografías, dibujos, pinturas, referencias históricas, literarias y cinematográficas.

A primera primera hora de la mañana (cuando el templo está desierto), la luz entra a través de los coloridos vitrales y de las angostas ventanas, iluminando las gigantescas naves en penumbra y creando impresionantes juegos de luces y sombras, un efecto que le da al lugar una cualidad etérea y sobrenatural.

El Pilar y el Puente de Piedra vistos desde la ribera del Ebro
El Pilar y el Puente de Piedra vistos desde la ribera del Ebro

Dirección: Plaza del Pilar, s/n
Entrada: Gratuita
Teléfono: 976 397 497
Correo electrónico: basilicadelpilar@gmail.com
Página web
: www.basilicadelpilar.es
Horario: De 6:45 a 20:30 h en días laborables y domingos de 6:45 a 21:30 h. Día 12 de octubre de 3:45 a 21:30 h.

 

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