Entre 1878 y 1895, siguiendo el diseño proyectado por el arquitecto municipal Ricardo Magdalena, se llevaron a cabo las obras del Matadero Municipal de Zaragoza (Calle Miguel Servet, 55). Este edificio no vino sólo a solucionar una carencia en las infraestructuras de la ciudad sino que se convirtió en un modelo a seguir, en este tipo de complejos, en España, Europa y América. En torno a varias plazas, constaba de tres pabellones de planta basilical a los que se adjuntaban edificios de administración, viviendas y espacios para los animales.
Desde finales de la década de los ochenta, hasta la actualidad, el Ayuntamiento de Zaragoza ha realizado constantes intervenciones en el Matadero Municipal que han permitido, además de conservar prácticamente todo el complejo, reutilizarlo para fines sociales y culturales.
En el Antiguo Matadero Municipal hoy se ubican la sede de la Junta de Distrito del barrio de Las Fuentes , el Centro Cívico Salvador Allende, un centro de formación, el Centro Aragonés de Artesanía, una Casa de Juventud y una Biblioteca que lleva el nombre de este arquitecto.
Pero además como recuerdo y homenaje al hombre que diseño varias de las construcciones contemporáneas más importantes de Aragón, se colocó en la parte trasera del edificio un busto en bronce realizado por la Asociación Cultural Pablo Gargallo, que eran un grupo de artistas que desarrollaban buena parte de su actividad en los pabellones del Matadero, reconvertidos, en parte, en la década de los 90 en talleres artísticos.
El busto de Ricardo Magdalena está flanqueado por dos escudos heráldicos de la ciudad de Zaragoza tallados en piedra.
Lo más probable es que procedan de algún punto del complejo del Antiguo Matadero Municipal y durante las obras de rehabilitación se decidió reubicarlos allí. Sobre un campo heráldico rectangular, coronado, se ve un león rampante, linguado, uñado, coronado y apoyado sobre una rama de laurel.
Los pedestales de las piezas son similares: un pilar de piedra blanca con la base y el capitel en piedra negra.
El busto en bronce, hueco por la parte trasera, realizado por la Asociación Cultural Pablo Gargallo recoge el retrato de Ricardo Magdalena con su característica barba. Si bien su piel en el retrato está tratada con un acabado liso, los escultores quisieron añadir texturas en el torso, trabajado en non finito, la barba y el pelo donde han simulado las huellas del peine en el cabello.
Ricardo Magdalena (1849 – 1910) fue uno de los arquitectos que más ha influido en la identidad urbana de la ciudad. Huérfano temprano pudo hacer sus primeros estudios en las escuelas municipales, y mantuvo una especial relación con el Ayuntamiento y con su ciudad durante toda su vida.
Se formó profesionalmente en la Escuela de Arquitectura de Madrid, obteniendo el título en 1873, becado por el Ayuntamiento de Zaragoza, donde ejerció como arquitecto municipal desde 1876. Casado con Dolores Gallifa, tuvo catorce hijos. Sus concepciones artísticas buscaban renovar la arquitectura partiendo de sus formas y elementos tradicionales y recuperando el legado del mudéjar y de la clásica arquitectura del Renacimiento en Aragón.
Influyó decisivamente en la planificación del crecimiento urbano de Zaragoza como supervisor del anteproyecto de ensanche de 1906, estableciendo las pautas de la urbanización después de 1908. Con anterioridad había ordenado la Plaza de Salamero, la alineación de la calle de la Yedra, el aislamiento de la Puerta del Carmen…etc.
Su legado y presencia en el urbanismo zaragozano es muy visible: construyó el edificio del Matadero Municipal (1885), considerado en su tiempo el mejor edificio en su género en España, llevó a cabo la reforma del Teatro Principal (1891), así como el imponente edificio de la Facultad de Medicina y Ciencias (1893), dirigió la construcción de la segunda torre Pilar (1903) y concibió el monumental edificio del Museo Provincial de Zaragoza (1909).
Proyectó desde 1883 la ampliación y reforma de este cementerio municipal, ordenando su crecimiento para varias décadas, y construyó la puerta de entrada con sus capillas adosadas (1897), uno de los primeros monumentos neomudéjares de la arquitectura aragonesa. Es uno de los máximos exponentes del historicismo y eclecticismo arquitectónico en España.
Fue un profesional entregado a su vocación de arquitecto y a la ciudad, en cuya morfología urbanística, edificios y mobiliario urbano dejó una profunda y decisiva huella.
Dirección: Centro Cívico Salvador Allende (Antiguo Matadero Municipal), Calle Miguel Servet, 55