calle san miguel de zaragoza
Calle San Miguel

Calle San Miguel

En pleno corazón de Zaragoza, una calle nos invita a adentrarnos en la parte antigua de la ciudad y a conocer muchos de sus secretos, mientras propone un sugerente diálogo con el presente. Se trata de San Miguel.

San Miguel es una de las calles más concurridas de Zaragoza, solo superada por Don Jaime y Alfonso. Embaldosada y casi sin tráfico, San Miguel discurre en paralelo al Coso, uniendo el Paseo Independencia con la calle Espartero.

San Miguel destaca por su antigüedad, por su contenido histórico, y por ser uno de los sitios arquitectónicamente más eclécticos de Zaragoza, donde el Mudéjar confluye en armonía y complementariedad con el Modernismo y el Art Déco.

personas caminando por la calle san miguel de zaragoza
Personas caminando por la calle San Miguel

Testigo de infinidad de acontecimientos, rica en secretos y anécdotas, San Miguel ha latido al ritmo del corazón de los zaragozanos a través de los siglos.

Cronistas nacionales y extranjeros de todas las épocas han descrito a la calle San Miguel desde su surgimiento como ‘una de las calles más animadas de Zaragoza‘. El constante ir y venir bullicioso de la gente ha estado justificado por su cercanía al centro y la presencia de farmacias, casas de modas, sastrerías, dulcerías, cafés, bares, bazares, billares, librerías, joyerías, centros de belleza y tiendas de toda índole. Su posicionamiento como corredor comercial le llevó a ser pionera en el alumbrado público de la ciudad y albergó el primer estudio fotográfico de Zaragoza.

En la calle San Miguel aun hoy se mantiene esa tradición y funciona atestada de establecimientos minoristas que se recorren con la tranquilidad y naturalidad de un paseo, incluyendo importantes restaurantes, pues únicamente se permite el tráfico peatonal sobre sus perseverantes y resistentes adoquines.

Cuenta en la actualidad con hasta 21 edificios catalogados por su interés histórico y arquitectónico, entre ellos, la Iglesia de San Miguel de los Navarros que se remonta, al menos, a 1260, y que aloja la mítica Campana de los Perdidos.

A nadie sorprende entonces que encierre infinidad de historias y secretos.

En 1527, el río Huerva era una marisma donde en ocasiones se acumulaba una densa niebla. Varias personas se perdieron en la zona, por lo que se decidió colocar en lo alto de la torre una linterna, para que se pudieran orientar. En 1556 hubo un temporal que apagó la luz y acabó con varios muertos a las puertas de la ciudad, y por eso se instaló una campana que sirviera de guía para los perdidos. Todavía hoy, dicha campana sigue tocando, aunque solo una vez al día, a las 22:10h.

La campana de los perdidos se ubicaba en la iglesia de San Miguel de los Navarros y su sonido guiaba a los labradores perdidos
La glesia de San Miguel de los Navarros acoge la mítica campana de los perdidos, cuyo sonido guiaba a los labradores perdidos

San Miguel fue diseñada a principios del siglo XIX y su distribución ha variado poco desde entonces. Las edificaciones no tienen más de tres o cuatro alturas, las suficientes para resguardar del sol a casi cualquier hora del día.

Como tantas otras calles de la ciudad, su nombre ha ido cambiando según el momento histórico, hasta que en los años treinta del siglo pasado, recuperó su nombre original.

San Miguel fue durante las tres primeras décadas del siglo XX la calle más cosmopolita y comercial de Zaragoza y la esquina de San Miguel e Independencia era identificada por los zaragozanos como el corazón de la ciudad.

La Calle San Miguel que hoy conocemos luce como tal desde 2023. Fue entonces cuando el Ayuntamiento de Zaragoza concluyó el proyecto que transformó esta céntrica arteria zaragozana en una vía de plataforma única y sin barreras arquitectónicas.

A la calle San Miguel se va a resolver cualquier cosa, a comprar en alguna tienda, cualquiera sea la moneda que uno tenga, o una librería -de nuevo o de viejo-, a tomar un café o poner crédito al teléfono, a cambiar dineros o mirar artesanías.

A veces uno no se dirige precisamente a la calle San Miguel, a veces uno va para otro lado, a otra plaza, a otra gestión, a veces por ahí se hace más lejos pero igual uno toma la calle San Miguel, como si fuera un recorrido obligatorio o una suerte de apremio por llenarse de la vida que recorre esa calle de un extremo a otro.

En el número 4 se ubica La Casa del Libro, una preciosa librería enclavada en un edificio antiguo con escaleras de mármol. A medida que paseamos por sus tres plantas, pequeños altares de libros nos rodean con sugerencias agrupadas por temática y novedad. Las recomendaciones son siempre excelentes.

Vista de la Casa del Libro desde la Calle San Miguel
Vista de la Casa del Libro desde la Calle San Miguel

Con una situación privilegiada en la esquina de San Miguel con Isaac Peral, el Palacio de la Luz (antigua sede de la compañía Eléctricas Reunidas de Zaragoza) es un colosal mausoleo de hormigón armado.

El Palacio de la Luz (antigua sede de la compañía Eléctricas Reunidas de Zaragoza)
El Palacio de la Luz (antigua sede de la compañía Eléctricas Reunidas de Zaragoza)

Proyectado como un edificio de oficinas, el Palacio de la Luz significó un gran avance tecnológico para la ingeniería civil de la época y durante décadas estuvo considerado un edificio pionero en la estética constructiva zaragozana. En ese solar había estado el antiguo teatro Goya, frente al posterior cine del mismo nombre.

Frente al Palacio de la Luz se encuentran los antiguos Cines Goya. Considerados por la crítica especializada como una de las obras de mayor interés arquitectónico de Zaragoza, su impresionante belleza y el estilo Art Decó de su fachada e interiores llaman la atención de nacionales y foráneos. El complejo original incluía, además de los cines-teatros, un restaurante-cafetería y una torre con apartamentos de lujo.

Los Cines Goya fueron durante 73 años uno de los emblemas de la calle de San Miguel. Se inauguraron en 1932 y durante décadas fueron un punto de atracción para los amantes del séptimo arte.

El complejo cerró sus puertas el 30 de septiembre de 2005 y tres años después comenzó el derribo del interior del inmueble para construir las actuales oficinas y locales comerciales. Al menos, se respetó la fachada, como recuerdo de esa Zaragoza moderna y cosmopolita.

Los antiguos Cines Goya de Zaragoza

Fachada de los antiguos Cines Goya
Fachada de los antiguos Cines Goya en la Calle San Miguel

En la actualidad acoge oficinas y el Plaza Goya, un espacio gastronómico donde se dan cita seis propuestas gastronómicas diferentes, cada una con identidad y temática culinaria propia.

También alberga la academia de inglés Number 16 School, una academia nacida en 2009 en Zaragoza que se ha extendido por Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia, además de en la capital aragonesa.

En la intersección con la calle Jerómico Blancas, está Casa Redondo, un comercio de toda la vida que comenzó su andadura en forma de taller de fabricación y reparación de paraguas en 1922.

A lo largo de su historia se han ido introduciendo nuevos productos, como muñecas, bastones, abanicos, pañuelos, sombreros y guantes. Ya en 2017, las tres integrantes de la cuarta generación de la familia Redondo, crearon Falenas, su propia marca de moda, bolsos, joyas y otros complementos.

Casa Redondo
Casa Redondo

Defendemos la venta cara a cara. Nuestro producto hay que verlo, tocarlo y explicarlo. Queremos que el cliente sepa lo que está comprando manteniendo un trato más cercano, como el de toda la vida’, reivindican.

Desde 1887 hasta 1962, en la parcela que hoy ocupa el edificio de viviendas del número 12 de la calle de San Miguel se ubicaba el Teatro Circo. El Teatro Circo fue un proyecto del arquitecto Ricardo Magdalena, reformado en 1923 por Francisco Albiñana, que seguía una estructura similar al Circo Price de Madrid.

el solar del derribado teatro circo
Edificio de viviendas del número 12 de la calle de San Miguel, parcela donde se ubicaba el Teatro Circo

Tenía una peculiar forma circular y nació como recinto para espectáculos de fieras. Tras ser reformado, se convirtió en una sala muy popular de variedades, cine y teatro.

El Teatro Circo fue promotor de momentos históricos como las cuatro óperas cantadas por el Tenor Fleta en las Fiestas del Pilar del año 1925, o los recitales multitudinarios de estrellas como Raquel Meller, Imperio Argentina o la Piquer.

Cuando el teatro fue demolido, el bar que estaba situado en sus bajos se mudó a la cercana Calle Jerónimo Blancas, a pocos minutos de la Plaza de España, conservando el nombre del mítico escenario. El Circo es un bar de toda la vida que ofrece la mejor tortilla de patatas de Zaragoza.

El Circo es un bar de toda la vida que ofrece la mejor tortilla de patatas de Zaragoza.
El Circo es un bar de toda la vida que ofrece la mejor tortilla de patatas de Zaragoza

En mismo número se encuentra el Palacio del Baño, una de las tiendas más longevas de la calle.

En el 14 se sitúa el restaurante italiano Il Romeo. La pizza es el plato predominante en una carta donde también se puede encontrar recetas de pasta y suculentos entrantes. Vayas cuando vayas y vayas con quien vayas, Il Romeo resultará una elección más que convincente. Saldrás satisfecho. Hay criterio, matices en las elaboraciones, un servicio amable, precios ajustados y un puñado de botellas seleccionadas acordes a la oferta.

Il Romeo Trattoria Pizzeria
Il Romeo Trattoria Pizzeria

En el mismo número está la Chocolatería San Miguel, todo un clásico del churro zaragozano. Encontraréis todo el repertorio clásico en versión estrictamente artesana: churros, churros de chocolate, pestiños y porras. Los tiquismiquis del café también serán bien atenidos.

Chocolatería San Miguel
Chocolatería San Miguel

En el 16 se sitúan dos tiendas del sector de la decoración: Muy Mucho y Atmósfera Home.

Un poco más adelante, en el número 20, aparece el Linacero Rock & Burger. Es un ‘win-win total’: un restaurante de hamburguesas que junta alta calidad con rapidez de fast-food y precios contenidos. Su carta cuenta con 16 recetas de hamburguesas totalmente personalizables que fusionan sabores de todo el mundo.

Linacero Rock & Burger calle San Miguel
Linacero Rock & Burger

Más adelante, en el número 31, se halla La Zarola, una escuela de cocina en el sentido más lúdico. Su principal actividad son los cursos de cocina, con temáticas variadas, desde arroces, a street food, pan, repostería, comida vegetariana o cocina de casi cualquier país del mundo, e impartidos con grandes dosis de creatividad.

Un lugar versátil y moderno para los amantes de la cultura culinaria en todas sus versiones. En este espacio gastronómico aprenderás a cocinar mientras te lo pasas bien y, sobre todo, terminarás la velada comiendo lo que has hecho con una buena copa de vino.

Sara Acero, impulsora del espacio gastronómico La Zarola
Sara Acero, impulsora del espacio gastronómico La Zarola

En el número 38 se ubica Bloody, un establecimiento con espíritu clásico, pero que gasta un look contemporáneo, en un elegantísimo negro, que se aleja de la madera envejecida y las decoraciones pretransición tan comunes en las coctelerías más canosas de la ciudad.

La carta es un prodigio de imaginación de Jimmy Valios, experto barman y creador de la primera escuela de coctelería de Aragón. Desmiembra las botellas, disecciona la coctelera, hace todo lo necesario para que la copa nos llegue perfecta, con el aura de los brebajes hechos con las entrañas.

Bloody Zaragoza
Bloody Zaragoza

Casi al final de la calle, en el número 42, está Koralium, una ecotienda que cuida con mimo cada detalle con el objetivo de respetar el medioambiente y ofrecer alimentos saludables a sus clientes.

Muy cerca, en el número 48, está el Café San Miguel, un café muy cuidado ideal para desayunar o merendar con una de sus tartas o bizcochos artesanales.

La atmósfera de la calle San Miguel entra en ebullición al llegar el atardecer, cuando las luces de las farolas comienzan a despuntar entre los claroscuros de la ciudad.

atardecer en la calle san miguel
Atardecer en la calle San Miguel

Es una de las zonas más comerciales de la ciudad y siempre está llena de gente de todas las edades, por lo que es un gran lugar para experimentar la atmósfera incomparable del centro de Zaragoza.

Todo el conjunto arquitectónico y humano es impresionante, y el paseo por una de las principales arterias comerciales y turísticas de Zaragoza se hace totalmente ineludible, tanto para los viajeros que llegan por primera vez a la capital maña como para aquellos que la conocen como la palma de su mano.

 

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