Es el momento de rendir homenaje y hacer una ruta por los mejores huevos rotos de Zaragoza porque antes –mucho antes– de que los chefs con Estrella empezaran a deconstruir los platos típicos para hacerlos sofisticados, en cualquier taberna, bar o restaurante sin pretensiones podías comer algo difícil de superar: unas patatas fritas con unos huevos (también fritos, evidentemente) encima. Si es con jamón ibérico aún mejor. Ni el más sibarita se resiste. Aunque ahora los hay con muchos añadidos y en diferentes versiones de la patata y el huevo la esencia no se ha perdido.
Mesón Martín
Ubicado en el barrio zaragozano de La Bozada, este restaurante es conocido por tener algunos de los mejores huevos rotos de Zaragoza. Desde 1991, continúa una tradición familiar basada en la cercanía al cliente y una cocina tradicional. No puedes perderte sus famosas ‘cocletas’ (croquetas) preparadas diariamente, ni sus deliciosos fritos tradicionales como las empanadillas, el huevo con gamba o el ‘bacalao rebozao’.
Dirección: Calle María Guerrero, 26
La Ultramarina
La Ultramarina es una trinchera donde refugiarse a cualquier hora del día. Un espacio que combina la baldosa blanca de toda la vida con ladrillos a la vista. Este choque estético entre pasado y presente funciona y genera la atmósfera casual perfecta para engullir sus platillos, raciones, bocadillos y postres.
Cada tapa es un diamante comestible: unas croquetas de gambas al ajillo pecaminosas, unas alcachofas de Tudela confitadas con jamón ibérico, unos huevos rotos con salsa de chipirón y boletus que se comen con los ojos, un cazón de adobo que se volatiliza en segundos, una ensalada de bacalao ahumado sobre fondo de tomate rallado y paté de olivas negras que hace llorar…
Y lo acompañan con la priba adecuada: destilados, cañas, vermúts y una bodega de vinos impecable.
Dirección: Calle Roger de Flor, 1
Bar Chicago
El Café Chicago, ubicado en la Almozara, es famoso en toda Zaragoza por sus deliciosas patatas estozoladas, una versión única de los huevos rotos. Además, su variada carta incluye ensaladas, raciones, bocadillos, hamburguesas artesanales gourmet y mucho más. Sin embargo, no puedes irte sin probar una ración de sus patatas estozoladas para compartir (o no…). ¡Te encantarán!
Dirección: Calle Batalla de Bailén, 1
Doña Casta
Si te gusta el tapeo sin demasiadas florituras, la Taberna Doña Casta, en la popular área del Tubo está especializada en croquetas caseras y huevos rotos. Aquí Dora Gracia (cocinera-propietaria) y su equipo apuestan por la cocina aragonesa tradicional y por los platos más caseros con recetas de la abuela. Todo se hace al momento, y encontramos tanto platos clásicos como tapas muy bien hechas.
Aquí podrás disfrutar de algunas de las mejores croquetas de la ciudad: de queso cabrales con manzana, longaniza de Graus, morcilla con piñones, bacalao con espárragos trigueros, gallina con chocolate, boletus con foie y manzana, o arroz negro con alioli.
Además, su otra especialidad son los huevos rotos, que vienen en diversas variedades: con longaniza, pisto de verduras y bacalao, salsa de quesos, foie, chistorra, setas, o jamón de Teruel. ¡Todas están para chuparse los dedos!
Dirección: Calle Estébanes 6 (El Tubo)
La Clandestina Bistro
Sus almuerzos son capaces de levantar la noche más apasionada de vuestra vida: orange power (zumo de naranja, zanahoria, lima y hierbabuena), cócteles de verdura, huevos clandestina (una versión moderna de los tradicionales huevos rotos, con huevos trufados cocinados a baja temperatura y jamón ibérico sobre una cama de patatas en tres cocciones), tostada con “pan de verdad”, tomate de huerta y aceite arbequina de Molino de Olivas de Bolea, carrot cake o ensalada de tomate y queso Burrata. Tú eliges.
Ellos fueron unos de los pioneros del brunch en Zaragoza y han mantenido el nivel.
Todo hecho desde cero, con oficio y producto de primera. Y un menú de mediodía excelente.
Dirección: Calle San Andrés, 9, esquina Calle San Jorge
Costa 8 Gastrobar
Este bar de tapas, raciones y platillos quiere remontarse a las raíces de la tradición aragonesa con un punto juguetón y creativo. Y realmente lo hacen muy bien.
Entre sus platos estrella se encuentran el ferrero de morcilla con cebolla caramelizada, el tartar de tomates con ventresca, olivas negras y piparras, los tacos de solomillo al wok con foie, las croquetas de chorizo y huevo frito, el champiñón trufado con foie, risotto tartufado con jamón, y los chipirones rellenos de brandada de bacalao. Todo de primera calidad.
Otra de sus especialidades son los huevos rotos. Para los más atrevidos, tienen huevos rotos con longaniza de Graus y salsa de quesos. Si prefieres algo más clásico, puedes optar por los tradicionales de jamón y foie, torreznos o setas y trufa.
Buenas tapas, raciones dignas de probar, y una carta muy recomendable son sus credenciales.
Dirección: Calle de Joaquín Costa, 8
Bulebar Montecanal, Bulebar Cinegia, Bulebar Zentro y Bulebar Actur
En el ‘coolímetro’ arrocero de la ciudad, Bulebar ocupa la primera posición.
Tienen ocho recetas de arroz (siete de las cuales están indicadas sin gluten). Entre sus platos destacan la paella mixta elaborada con solomillo, pollo, calamares y gambones, la del señorito, con calamares, gambones y carabineros, el arroz caldoso, con bogavante, calamares y azafrán, el negro con chipirones de anzuelo y gambones, y el de pato, con foie al horno y hongos.
¿Qué hay que pedir? Pues lo de siempre. Un plato de papas canarias con sus mojos o unos huevos rotos de primero y un arroz caldoso con bogavante y azafrán o una paella de segundo.
¿El secreto de su éxito? Ofrecer cocina de mercado típica de la zona, elaborada principalmente con productos de temporada, próximos y de calidad.
Direcciones:
Bulebar Montecanal, Avenida de la Ilustración, 5
Bulebar Puerta Cinegia, Puerta Cinegia Gastronómica, Calle Coso, 35, 1ª Planta
Bulebar Actur, Avenida Gertrudis Gómez de Avellaneda, 22
BuleBar Zentro, Paseo de los Rosales, 32
El Bula Lacarra de Miguel y El Bula Mártires
Aquí encontraremos un buen producto y algunas recetas imaginativas como el rulo de cabra a la plancha con confitura de tomate, la tostada de foie a la plancha o los revueltos de trigueros y boletus, los huevos rotos con carabineros, pero sobre todo buen producto a precio asequible como el solomillo de cerdo ibérico en adobo sobre pan con tomate con casse o las patatas bravas gajo con espuma de nitrógeno de alioli, mayonesa de oliva negra y picante casero.
Las brutales croquetas merecen destacarse por encima del río de croquetas que nos sepulta.
Entre su amplia variedad de carnes, recomendamos el chuletón de vaca vieja gallega, el solomillo de vaca a la brasa, el lomo de buey black angus de Nebraska a la parrilla y los dados de solomillo de vaca salteados con langostinos y salsa perrins.
Direcciones:
El Bula Lacarra de Miguel, Calle Lacarra de Miguel, 23
El Bula Mártires, Calle Mártires, 8, en el Tubo
Carnívoro
El chef tiene la mano rota para administrar las dosis necesarias de brasa directa y humo: es una ecuación de sabor, grasa y humo que haría renegar a Homer Simpson de la chuleta de cerdo.
Aquí podrás disfrutar de auténticas delicias como chuletón a la parrilla, entrecot, picanha de Angus y Tomahawk steak barbacoa. Estos son solo algunos de los platos estrella que ofrece este establecimiento especializado en carnes de primera calidad.
Cada corte, excelentemente preparado, se sirve acompañado de una piedra de sal del Himalaya, que te permite ajustar la cocción a tu gusto.
Los huevos rotos con salsa de setas son una verdadera delicia y merecen una mención especial. Además, los platos para compartir son notables por su excelente presentación, generosa cantidad y su perfecto punto de cocción.
Dirección: Calle Zurita 21
El Viejo Negroni
En el número 13 de la Plaza Santa Cruz se sitúa El Viejo Negroni, una original mezcla de vermutería, coctelería, bar de tapas y restaurante. En este establecimiento no se muestran muchas tapas. La mayoría se elaboran al momento: canelón de rabo de toro, brochetas de vieira y de rape con langostinos, carrillera con puré de patata, buñuelos de bacalao y croquetas. Platos al centro y todo a compartir. Es la mejor forma de disfrutar del picoteo.
También disponen de cinco arroces diferentes -todos ellos espectaculares-: risotto de rabo de toro, arroz negro de miso, arroz mar y montaña, arroz de secreto y por último, pero no menos importante, arroz de chipirones.
Aquí encontraremos un buen producto y algunas recetas imaginativas como el arroz negro con miso, calamar y mayonesa de ajo negro. o el kebab, de pollo de corral, con crema agria, pero sobre todo buen producto a precio asequible como los raviolis de longaniza, la sepia a la plancha acompañada de chips de patata, el timbal de morcilla con piquillos y huevo frito o el guiso de rabo de toro.
Otra de sus especialidades son los huevos rotos, un plato clásico que en el Viejo Negroni han reinventado con un toque sorprendente: añadiéndole bogavante, un ingrediente tan inesperado como delicioso.
Dirección: Plaza de Santa Cruz, 13-15, muy cerca de la Plaza del Pilar