En el corazón de Zaragoza encontrarás bares que destacan no solo por su excelente ambiente, sino también por sus tapas creativas, recetas tradicionales y cócteles capaces de sorprender incluso a los paladares más exigentes.
Si este fin de semana buscas un plan diferente, nada mejor que perderte por las calles más emblemáticas de la ciudad y descubrir algunos de los mejores bares del centro. Son lugares donde la calidad, la tradición y un toque especial se combinan para brindarte una experiencia inolvidable.
Para no perderte entre Independencia, la plaza de los Sitios y los rincones que rodean Sagasta y Gran Vía, esta pequeña guía será tu mejor aliada para disfrutar al máximo de la oferta de bares en el centro de Zaragoza.
Bloody
Bloody tiene espíritu clásico, pero gasta un look contemporáneo, en un elegantísimo negro, que se aleja de la madera envejecida y las decoraciones pretransición tan comunes en las coctelerías más canosas. La carta es un prodigio de imaginación de Jimmy Valios, experto barman y creador de la primera escuela de coctelería de Aragón.
Desmiembra las botellas, disecciona la coctelera, hace todo lo necesario para que la copa nos llegue perfecta, con el aura de los brebajes hechos con las entrañas. Aquí Valios y sus discípulos cocinan unos gintónics de altos vuelos y hacen milagros con las recetas de siempre.
Preparan un Bloody Mary aragonés con tomate rosa de Barbastro que te pone los ojos en blanco y que te posee como si fueses la niña de ‘El exorcista’, y también tienen la mano rota con el Clover Club, el New York Sour y el Daiquirí.
Dirección: Calle San Miguel, 38
La Embajada
El emblemático restaurante Novodabo de Zaragoza, que durante 17 años fue un referente en la alta gastronomía de la ciudad bajo la dirección del chef David Boldova, se transforma en un nuevo concepto llamado La Embajada. Este innovador proyecto, encabezado por los hermanos Iván e Igor Acedo, propietarios de reconocidos establecimientos como Aura, junto con el propio Boldova, promete revolucionar la escena gastronómica de la ciudad.
Ubicado en el mismo palacete de principios del siglo XX en la Plaza Aragón, La Embajada se posiciona como una propuesta más moderna, fresca y accesible. Con un enfoque que va más allá de lo culinario, el espacio no solo busca ofrecer una excelente experiencia gastronómica, sino convertirse en un lugar de encuentro social en Zaragoza.
La renovación del espacio incluye una expansión significativa, incorporando la planta baja y añadiendo 300 metros cuadrados más, además de contar con una terraza, música en vivo y DJ, creando un ambiente relajado y sofisticado.
Dirección: Plaza Aragón, 12
Ginger Fizz Bar
El Ginger Fizz Bar lo tiene todo para atraer a la gente cool: un cuidado interiorismo en el que el verde de la vegetación y el juego de las luces y sombras de su original iluminación son los protagonistas, mesas comunitarias de madera, ladrillos a la vista, ventanales abiertos a la calle, terraza…
La carta, además, está hecha para producir ataques de priapismo entre los modernos, con una amplia variedad de cócteles (su especialidad) y tapas de estilo joven y creativo, pero sin juegos de manos. Aquí encontraremos un buen producto y algunas recetas imaginativas como el tataki de salmón, langostinos tigre, empanadillas Gyoza, emadames (judías de soja japonesas), nigiris de anguila o su cebiche de atún con zumo de yuzu, entre otras muchas propuestas.
Dirección: Calle Joaquín Costa, 16
Mai Tai Exótico
El Mai-Tai es el mejor exponente de la coctelería Tiki y el que mejor ha sobrevivido al paso del tiempo. Un cóctel inspirado en la cultura polinesia que dió sabor a todo un movimiento cultural de lo más exótico. Debido a la nostalgia de los combatientes de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico, el boom económico de posguerra, la incorporación de Hawái como estado a los USA y al auge del estilo de vida californiano.
El padre y la madre del estilo tiki fue Don the Beachcomber, pseudónimo bajo el que se escondía Ernest Raymond Beaumont Gantt, un tejano que durante la Prohibición hacía contrabando de rones.
Detrás de la barra del Mai Tai Exótico encontraréis a Roger Guevara, campeón de coctelería de Aragón, que os lo explicará todo y más sobre los diversos tipos de ron y sobre cómo hay que remover un buen cóctel.
Tienen cócteles como “La marrana Pink Lady” que lleva ron de Trinidad, vermú de papaya, puré de arándanos y naranja o el “Monte perdido” con Bourbón salvaje, licor de cacao o puré de mandarina y naranja. Un sabor único tiene también el “Galopin Fizz” con ginebra, té verde, salsa ponzu, sidra y clara de huevo.
Dirección: Calle Marceliano Isábal, 3, Centro Comercial El Caracol
Garbo Gentlebar
Si te gustó el Ginger Fizz Bar te encantará el Garbo Gentlebar, un local acogedor y elegante con un cuidado interiorismo en el que las maderas claras, el verde de la vegetación y el juego de las luces y sombras de su original iluminación son los protagonistas.
Para acceder a este gastropub hay que pulsar un gran botón rojo, que abre las dos puertas de entrada.
¿Su carta? Encontrarás una amplia variedad de cócteles (su especialidad) y tapas de estilo joven y creativo, pero sin juegos de manos. Aquí encontraremos un buen producto y algunas recetas imaginativas como las cigalas, las alitas deshuesadas o el steak tartar, entre otras muchas propuestas.
El Garbo Gentlebar rinde culto a los cócteles clásicos, paradójicamente desconocidos en medio de modernidades insulsas y malas interpretaciones.
El aura Old School se acentúa gracias a la sinuosa barra de mármol, la iluminación tenue y elementos decorativos originales.
Dirección: Plaza de los Sitios, 18
Marengo
El Marengo es un acogedor local con un cuidado interiorismo en el que las maderas claras, el verde de la vegetación, el papel pintado y el juego de las luces y sombras de sus originales lámparas son los protagonistas. No faltan jarrones enormes de flores frescas.
El Marengo es sin duda una de las coctelerías del momento. No es una propuesta transgresora pero sí escrupulosa con los cánones clásicos de la gran mixología. Carta profunda, con gran respeto por los clásicos, y propuestas muy vanguardistas, siempre con cuidadas presentaciones y a precios muy razonables. Aquí los bartenders saben qué se traen entre manos y lo mejor es dejarse aconsejar por ellos.
El Marengo rinde culto a los preparados clásicos, paradójicamente desconocidos en medio de modernidades insulsas y malas interpretaciones.
Cocina actualizada, buenos cócteles, un trato inmejorable y esa sensación impagable de estar rodeado de profesionales.
Dirección: Calle Francisco de Vitoria, 5
Dzine
Para los que somos del morro clásico, lo más fácil es reivindicar bares antiguos ante la proliferación de espacios modernos. Sin embargo, algunas veces los gruñones nos encontramos con lugares como Dzine, pequeños tesoros que nos obligan a aceptar una cura de humildad coctelera.
El Dzine es atípico e insólito bar de copas. Un speakeasy de libro, un escondite subterráneo ideal para practicar el afterwork (un deporte con más asiduos que la cinta de correr en los gimnasios).
El entorno te animará a tomarte un buen cóctel mientras te sientas en uno de sus elegantes sillones de piel. La decoración combina el diseño industrial con muebles de toque clásico. Un lugar que no te dejará indiferente.
Dirección: Residencial Paraíso, 2
Restaurante Bar Los Sitios
Es un local pequeño y acogedor, con apenas 4 mesas en el interior y una -de nuevo- pequeña terraza en el exterior.
No te asustes si entras y ves la barra vacía: todo se hace al momento. Y cuando llegan los platos se dispara la alegría: producto inmaculado, fresco y bien cocinado.
¡Tapas, tapas y más tapas! La lista de clásicos aquí es interminable.
Desde la tortilla de patata, una de las más top de Zaragoza, hasta las raciones que no fallan nunca en un lugar así: tacos picantes, gambas rebozadas, bacalao, alcachofas con queso, erizos de queso, calamares, ensaladilla, croquetas (uno de los recomendados!)… y tantas y tantas otras tapas que hacen de este bar un templo de la tapa tanto para vecinos de la zona como para turistas que quedan maravillados en cuanto ponen un pie en el local.
Además, tienen una carta de recomendados donde podréis encontrar desde un rabo de toro hasta unas carrilleras más que buenas.
Dirección: Calle Canfranc, 4, muy cerca del Paseo de la Independencia
Marengo
Hay restaurantes que de una manera u otra acaban apareciendo cuando se recomienda un buen restaurante, ya sea en un artículo como este o en una conversación entre amigos.
El Marengo es un buen ejemplo: local con encanto y cierta solera, localizado en el centro y una cocina elaborada de eternos mediterráneos con algún guiño a Japón y Perú (en su carta están correctamente especificados qué platos no son aptos para alérgicos e intolerante) y postres de escándalo.
Platos entre la tradición y la modernidad que se basan en el producto fresco y de temporada, ya sean de mar o de la tierra. Cocina muy original con sabores de países lejanos, con platos como el gua bao, gyoza de pollo, el tataki de atún rojo, el wok de solomillo, la entraña argentina o la picaña brasileña.
Dirección: Calle Francisco de Vitoria, 5
Sophia Bistro
La elegancia y el glamur de este local es de mucho nivel. El nombre, Sophia, tiene que ver con la imagen de sofisticación que todavía transmite la actriz italiana Sophia Loren.
La experiencia básicamente podría resumirse en la posibilidad de probar un buen vino, champán o cava sin necesidad de ir a un gran restaurante. Dispone de 133 referencias. De ellas, 33 se pueden tomar por copas en unas elegantes mesas altas.
Hay algunas que se cruzan siguiendo una tendencia muy en boga en Europa de estar separado del vecino pero compartiendo una misma mesa alargada. Sophia Bistro abarca todos los momentos gastronómicos del día: el desayuno y el brunch, el aperitivo, la comida, el tardeo, la cena y la copa de la noche.
Dirección: Calle Pedro María Ric, 25
Casa Ernesto
Situada en la Calle Sanclemente, al lado de la Paseo Independencia, Casa Ernesto es un establecimiento moderno con un toque vintage, que ofrece cocina auténtica y de calidad elaborada con ingredientes locales y de temporada.
Es un local pequeño y acogedor, con unas pocas mesas altas en el interior y una -de nuevo- pequeña terraza en el exterior.
Además de ser un lugar ideal para almuerzos y cenas, es muy popular para tomar el aperitivo gracias a su extensa selección de tapas y raciones.
Entre sus productos estrella destacan las alcachofas confitadas y la tapa de lagarto (carne de cerdo ibérico), además de la ensalada de tomate rosa.
Si eres de vinos, verás que tienen muy buenas referencias.
Dirección: Calle Sanclemente 7, a pocos pasos del Paseo Independencia
Yves Food Atelier
Yves Food Atelier es un restaurante que combina moda, diseño, cocina mediterránea e ingredientes de primera calidad. El resultado es una experiencia gastronómica única que no te dejará indiferente.
A cargo de la cocina está el chef Javi Pellejero, cuya experiencia incluye destacados establecimientos como el Hotel Arts de Barcelona.
La carta del Yves Food Atelier es una amplia y variada selección de platos con influencia mediterránea, elaborados con ingredientes de primera calidad y seleccionados cuidadosamente para ofrecer una experiencia gastronómica completa.
La brasa es un elemento clave en su cocina, aportando un sabor único a los platos.
La carta del Yves Food Atelier es variada y ofrece opciones para todos los gustos. Encontrarás entrantes, pescados y carnes. Entre los pescados, podrás elegir entre rape, merluza, pulpo, gamba roja, lubinas y otros. Entre las carnes, podrás elegir entre solomillo, chuleta, carrilleras y picaña.
Dirección: En la esquina de la Avenida de Cesáreo Alierta con la Calle de San Vicente Mártir
Gastro taberna Böh
Böh es una taberna de alta cocina que abrió sus puertas hace poco más de dos meses en el número 64 del Paseo de Sagasta, un enclave que no es fácil para emprender una aventura hostelera debido a su ubicación apartada de las zonas concurridas como la cercana a El Corte Inglés y el Paseo de las Damas.
La filosofía de Böh es convertirse en un lugar de picoteo, en el que poder probar muchas cosas, sin llenarte, gracias a una carta en la que el producto es el protagonista, con platos divertidos y que son una explosión de sabor.
Para atraer a diversos públicos en diferentes momentos del día, se ha concebido un espacio luminoso con amplios ventanales que permiten observar las actividades en su interior.
El cocinero Víctor Hernández lidera la cocina, asesorado por el chef Óscar Ferrández del restaurante Atípico.
En la carta se mezclan propuestas de comida oriental junto a clásicos de la cocina española, además de distintas propuestas de carne y de pescado.
Dirección: Paseo de Sagasta, 64
Cantina Borago
El restaurante Borago ofrece gastronomía de alto nivel con un producto de temporada de la mas alta calidad y una cuidada elaboración.
El local cuenta con techos altos y luz natural a través de un tragaluz, creando una sensación de amplitud y luminosidad.
La barra es la protagonista de la entrada y está decorada en tonos ocres y anaranjados, mientras que en el comedor predomina la limpieza y la pulcritud del blanco.
En Cantina Borago, la barra es un guiño al tapeo y al vermut, donde podrás deleitarte con tapas galardonadas como el canelón de longaniza trufada y salsa de foie o el taco de panceta a baja temperatura, que también se pueden disfrutar como raciones.
La cocina a la vista es una de las características que hace de Taberna Borago un restaurante único. Los clientes pueden ver a los chefs trabajando y esto crea una sensación de cercanía y confianza.
Dirección: Calle Pedro María Ric, 27