Las ostras no dejan indiferente a nadie: o las amas o simplemente no son para ti. Para quienes disfrutan de su sabor y textura única, este manjar del mar convierte cualquier ocasión en un momento especial. Como uno de los mariscos más apreciados, las ostras han ganado popularidad y prestigio en los últimos años.
Aunque Zaragoza aún no cuenta con la misma oferta que ciudades como Madrid, donde los bares especializados en ostras están en pleno auge, la capital aragonesa no se queda atrás. Existen algunos locales dedicados a este exquisito bivalvo, además de numerosos bares y restaurantes donde se pueden degustar acompañadas de una buena copa de vino o champagne.
Caza Ostras

El local es acogedor pero compacto, especialmente durante las horas punta. Caza Ostras se encuentra en un encantador rincón francés cerca de la plaza de Santa Marta en Zaragoza, una zona con una larga tradición gastronómica. Desde que Sylvie Reanaud abrió sus puertas en octubre de 2015, este exclusivo establecimiento ha ganado rápidamente popularidad entre los habituales locales, conocido cariñosamente como «el bar de las ostras» o «el bar de la francesa».
Para Reanaud, las ostras evocan recuerdos de su infancia, cuando las pescaba junto a su padre. Hoy en día, provienen directamente de Francia a través de Mercazaragoza, seleccionadas minuciosamente en las costas francesas, donde ella misma trabaja con ostricultores para asegurar la calidad de las aguas donde se recolectan.
Con una trayectoria de 25 años en las prestigiosas cocinas de Francia, incluidos palacios parisinos convertidos en hoteles de lujo, Reanaud trasladó su experiencia a España hace una década. Esta habilidad se refleja en sus exclusivas creaciones como el foie mi-cuit, que elabora con una receta secreta que prepara durante tres días.
Dirección: Calle Diego Dormer, 6, junto a la plaza de Santa Marta
La Venencia Oyster Bar

Los Cabezudos

Los Cabezudos ofrece una amplia barra, además de 9 salones privados (con una capacidad de 4 a 150 comensales) y una gran terraza climatizada. Todo se hace al momento, y encontramos tanto platillos clásicos como tapas muy bien hechas.
Entre sus especialidades, su famosa croqueta de jamón de jabugo, las ostras gallegas y francesas (consideradas las mejores del mundo) y las angulas de Aguinaga.
También las raciones de chipirones, el adobo, la gamba de Huelva, los calamares, los pescaítos fritos, los pimientos de padrón o el secreto ibérico, todo delicioso y cocinado a la vista.
Este restaurante destaca por su variedad de marisco vivo y fresco, que el cliente puede apreciar en su extensa barra o en el vivero de marisco con más de 10.000 litros de agua de mar.
Dirección: Calle Antonio Agustín, 12
El Cantábrico Paseo Pamplona y El Cantábrico Puerta Cinegia

Su propuesta gastronómica gira principalmente en torno al marisco y pescado fresco. El Cantábrico ofrece una cocina de autor que toma los productos del mar como referencia para sus interpretaciones.
Pocos sitios transportan el sabor del mar a la alta cocina como lo hacen aquí: su exquisito chef, lacónico en palabras, habla con la imaginación y el oleaje del mar.
Fue uno de los primeros restaurantes de Zaragoza donde las nécoras se pasaron por la plancha y hoy sigue siendo uno de sus platos estrella.
El gambón también es espectacular (lo sirven a la plancha con uno o dos huevos fritos), la langosta roja gallega, es otro de los mariscos singulares.
Direcciones:
El Cantábrico Paseo Pamplona, Paseo Pamplona, 17
El Cantábrico Puerta Cinegia, Puerta Cinegia – Coso, 35
Restaurante Absinthium

Su ubicación, en la primera planta del Hotel Oriente –el más antiguo de la ciudad– le otorga un aire clandestino reservado a los conocedores de la buena gastronomía maña. En los fogones reina Roberto Alfaro y, en la sala, Jesús Solanas.
Ofrecen platos de una imaginación y precisión tremenda, como por ejemplo la Ostra Rockefeller, gratinada con espinacas, mantequilla y parmesano, cocinada según la receta original de 1899 del Restaurante Antoine’s de New Orleans. También destacan el le sot-l’y-laisse, la bottarga di Muggine o los pescados salvajes. Aquí viviréis una bacanal de los sentidos, ejecutada a una velocidad perfecta.
Mezclan la tradición y la creatividad, basándose en materias primas de gran calidad y una exigente preparación. Producto máximo tocado de la mejor manera posible.
Dirección: Hotel Oriente, Calle Coso, 11
Uasabi

Usabai, uno de los referentes de la cocina nikkei en Zaragoza, ofrece una propuesta gastronómica innovadora donde la tradición japonesa se fusiona con ingredientes locales y de temporada. Con más de un lustro de trayectoria, este restaurante se ha consolidado como un imprescindible para los amantes de la cocina de autor.
La cocina nikkei, nacida de la migración japonesa a Sudamérica a finales del siglo XIX, combina sabores y técnicas de ambos mundos. En Usabai, esta fusión se traduce en platos que respetan la tradición pero incorporan toques creativos y productos aragoneses de primera calidad.
El pescado fresco es el gran protagonista de su carta, que incluye sashimi, maki rolls, urakami rolls, nigiris, ceviches y tiraditos, además de opciones de carnes, tempuras y ostras. Las ostras frescas son una de sus apuestas más destacadas, servidas con aliños que realzan su sabor natural y combinan a la perfección con su selección de vinos y sake.
Entre sus especialidades destacan el tartar de ventresca de atún con erizo de mar, la jalea –un rebozado típico peruano que aporta un crujiente único– y su cuidada variedad de sushi, donde cada pieza está elaborada con ingredientes de máxima calidad y precisión en la técnica.
Lo que realmente diferencia a Usabai es su apuesta por una cocina fresca, sana y ligera, con una fuerte presencia de pescados, vegetales, aromas cítricos, mariscos y sushi. Cada plato se elabora en el momento, asegurando una experiencia gastronómica que seduce a los paladares más exigentes.
Dirección: Calle Cuatro de Agosto, 18 (en el Tubo, justo detrás de Puerta Cinegia)
Farniente

La expresión italiana «dolce far niente», que evoca el arte de disfrutar sin prisas, encapsula a la perfección la filosofía detrás de este nuevo proyecto liderado por tres amigos: Diego Santamaría, Pascual Burdaspar y José Antonio Sierra. Este espacio, llamado Farniente, no se encasilla como un restaurante, gastrobar, cafetería ni local de copas. Más bien, es un lugar donde vienes a disfrutar, como si estuvieras en la casa de un amigo que te recibe con lo mejor que tiene para ofrecer.
Aunque el local no cuenta con una cocina tradicional, sí ofrece una carta que permite disfrutar desde un aperitivo hasta una cena. El ambiente, diseñado por Jesús Aznar, tiene un toque glamuroso y sofisticado, pero sin excesos. Es un espacio pensado para la interacción, perfecto para conocer gente nueva o salir con más amigos de los que tenías al llegar.
La carta sigue esta misma línea singular, dividiéndose en tres secciones. La más distintiva es la de «Bocados», que es el verdadero emblema de Farniente. Estos pequeños platos han sido creados por cocineros reconocidos, a quienes se les pidió preparar una delicia que los represente. Algunos ejemplos incluyen el Capo by Azu (anguila ahumada con guanchale ibérico) y el Negresco (esturión ahumado con caviar Baeri), entre otros.
En la sección «Directops», podrás disfrutar de exquisitas conservas gourmet, como el caviar de esturión de Sarrión o las ostras Sorlut. Por otro lado, «Al Sol» es una pequeña selección de raciones donde destacan platos como la ensalada Capri o la picaña madurada.
Dirección: Plaza Salamero, 12
Mass Salvaje

El restaurante Mass Salvaje es el resultado de una historia de amor y de la pasión de su propietario, Juan Iglesias, por los pescados de calidad cocinados a la brasa. Hace tres años, este vallisoletano conoció a una zaragozana, y hace uno decidió vender su negocio en Valladolid para establecerse en la capital aragonesa. Con varios proyectos empresariales en desarrollo, el primero que ha puesto en marcha es este establecimiento hostelero.
Lo más singular de este local es, sin duda, la calidad de sus pescados y del lechazo de Castilla y León. Su máxima es ofrecer lo mejor del mercado a diario.
Además, buscan crear una cultura gastronómica en Zaragoza alrededor de pescados poco comunes como la urta o el virrey.
En su carta suelen incluir besugo, bocinegro, cogote de merluza, dorada, lubina, rape y rodaballo, los cuales se muestran a la entrada del restaurante en una vitrina refrigerada que invita a degustarlos. Todos estos pescados se preparan al estilo Orio, resaltando sus sabores únicos.
Dirección: Calle Pedro Maria Ric 19
Taberna Tragantúa

Situado en la popular Plaza de Santa Marta, rodeado de edificios emblemáticos como el Palacio de la Real Maestranza, el Archivo Histórico Provincial y la Catedral de La Seo, Tragantúa ofrece una amplia barra y unas pocas mesas en la planta calle, además de un amplio comedor en la bodega. Todo se hace al momento, con una propuesta gastronómica que combina platillos clásicos, tapas y raciones elaboradas con gran maestría.
Entre sus especialidades destacan las raciones de chipirones, adobo, gamba de Huelva, calamares, percebes, pimientos de Padrón y secreto ibérico, todos preparados a la vista y con un sabor excepcional. Además, no puedes perderte sus croquetas de jamón de Jabugo, consideradas por muchos como las mejores de Zaragoza.
Su carta brilla también por la calidad del marisco fresco, principalmente procedente de Galicia, además de pescados salvajes y arroces con diferentes mariscos. Y para los amantes de los sabores más sofisticados, Tragantúa ofrece ostras de primer nivel. Entre ellas, las exclusivas ostras Gillardeau número 1, consideradas de las mejores del mundo por su tamaño, textura y sabor inigualable.
Con un producto excepcional y una propuesta culinaria que respeta la tradición y la calidad de la materia prima, este renovado templo del buen comer convence por su sencillez y honestidad. En Tragantúa, el secreto del éxito es no tener secretos: comida simple pero deliciosa, servicio atento y precios razonables. Nada más, y nada menos.
Dirección: Calle Diego Dormer 17
Taberna Gastronómica Crudo

La propuesta de la taberna gastronómica Crudo está basada en la calidad del producto para disfrutarlo crudo, marinado y saludable. Su carta es una cuidada selección de recetas de la cocina japonesa, latinoamericana y mediterránea, elaboradas con carnes, pescados y vegetales crudos, un concepto gastronómico que ha triunfado en Madrid y Barcelona y que ahora conquista Zaragoza.
Este restaurante busca popularizar el concepto de raw bar, es decir, producto de alta calidad que se saborea mejor en crudo. En su carta destacan los tartares de solomillo o lomo bajo de vaca, el ceviche de corvina, pulpo y camarón, las sardinas ahumadas, el carpaccio de picanha madurada, las mollejas de vaca o las cocochas de bacalao con puntalette. Además, Crudo ofrece un auténtico lujo para los amantes del marisco: ostras francesas acompañadas con leche de tigre, un bocado que potencia su frescura con un toque cítrico y vibrante.
A través de innovadoras maceraciones, marinados, escabechados y otras técnicas, el chef Miguel Sánchez, junto a Rubén Mons, elabora una cocina fresca y de mercado, basada en materiales puros y de calidad, respetando siempre el sabor original de cada ingrediente. Crudo complementa su variada y dinámica carta con tapas tradicionales y creativas, elaboradas con productos de temporada como alcachofas, espárragos blancos, pimientos o anchoas de Santoña.
Aquí vivirás una explosión de sabores servida con el equilibrio perfecto entre técnica y creatividad. Y si buscas un final dulce, su tarta de queso azul con miel es una auténtica delicia. Su carta de vinos, seleccionada por el sumiller Ismael Ardid, cuenta con unas 25 referencias elegidas cuidadosamente para acompañar cada plato. Todo esto ocurre en un escenario íntimo y acogedor, donde la cocina es visible desde la sala, las mesas son pocas y el diseño está pensado para que los platos sean los verdaderos protagonistas.
Dirección: Calle Doctor Cerrada 40
Riskomar

Las mariscadas de alto standing de este restaurante son míticas en el subconsciente colectivo: langostas, bogavantes, gambas, cigalas… siempre todo muy fresco. El servicio también es excelente y la carta, muy amplia.
De su carta destacamos el bacalao rebozado en masa Orly pasado por la sartén, el tronco de merluza al Orio, las kokotxas y los chipirones a la plancha.
Dirección: Calle Francisco Vitoria, 16
Marisquería Tony

Ubicada en plena calle Don Jaime, Marisquería Tony se ha consolidado como un lugar imprescindible para quienes valoran el marisco fresco y bien elaborado. En su oferta destacan productos como gambas, cigalas, navajas, almejas o el clásico pulpo a la gallega, acompañados de otras tapas marineras que han sabido ganarse el cariño del público de Zaragoza.
El establecimiento, de estética sencilla y sin grandes alardes, convence por la calidad de su cocina. Con un ambiente desenfadado y trato amable, es una opción ideal para disfrutar de una buena comida o tapeo en el centro, sin necesidad de gastar demasiado.
Dirección: Calle Don Jaime I, 40
El Hormiguero Azul

Ubicado en pleno Tubo zaragozano, El Hormiguero Azul destaca como uno de los rincones favoritos para quienes disfrutan del marisco fresco a precios razonables. Reconocido con un Solete de la Guía Repsol, este acogedor establecimiento apuesta por una carta breve pero bien cuidada, en la que no faltan delicias como mejillones a la cerveza, gambas rojas, carabineros o cigalas a la plancha.
Uno de sus sellos distintivos es su fachada decorada con hormigas metálicas, obra del artista José Azul, que ya forma parte del paisaje del Tubo. Aun así, lo que realmente fideliza al cliente es la alta calidad del producto y su ajustada relación calidad-precio, algo difícil de encontrar en zonas tan concurridas por turistas.
Dirección: Calle Estébanes 8, El Tubo
Casa El Pescatero

Está considerada una de las mejores marisquerías de la ciudad, así de claro. Escondida fuera de los circuitos habituales, Casa El Pescatero tiene un elevadísimo nivel de calidad.
Aquí las gambas a la plancha, el Bienmesabe (cazón adobado), la gyoza rellena de langostino con base de alga wakame o las calderetas (de rape, merluza o choco en su tinta) son sublimes.
Olvidaos de la carta, lo mejor es dejarse aconsejar y elegir entre los platos del día con la garantía que tanto el pescado, como el marisco y la carne siempre serán de primera.
Dirección: Calle Andrés Piquer, 4