La tapa es una de las grandes joyas de la gastronomía española, una pequeña delicia que puede encontrarse en cualquier rincón del país. Esta tradición culinaria, que combina la riqueza de la cocina local con un toque de innovación, la convierte en una experiencia única. Desde su origen hasta la actualidad, las tapas siguen siendo una de las formas más representativas de compartir y disfrutar de la buena comida en España.
En Zaragoza, el Casco Histórico es el lugar donde la tradición del tapeo cobra vida, con El Tubo como el epicentro de esta experiencia. Esta zona emblemática es famosa no solo por su belleza, sino también por su vibrante oferta gastronómica. Aunque las opciones son numerosas, hay ciertos bares y restaurantes que se destacan por ofrecer las mejores tapas, aquellas que no pueden faltar en tu recorrido.
Si buscas disfrutar de una auténtica ruta de tapas por Zaragoza, el Casco Histórico te ofrece los sitios imprescindibles para saborear la esencia de la ciudad en cada bocado.
El Truco
Situado en el corazón de El Tubo se encuentra el bar con más magia de Zaragoza, y es que está regentado por Mario Cobretti, un ilusionista aragonés muy conocido.
Definitivamente, es el paraíso para los celíacos, ya que todo lo que preparan es libre de gluten.
Huevos rotos con carrilleras y reducción al Pedro Ximénez, una gran variedad de croquetas, caracoles a la llauna o su famosa brocheta de rape con langostinos y salsa tártara son solo algunas de las deliciosas propuestas que encontrarás en este establecimiento.
El local no es muy amplio, con solo una media docena de mesas altas, ideal para estancias breves. El ambiente es informal y animado, y el servicio es rápido y eficiente.
Dirección: Calle Estébanes, 2
El Burladero del Tubo
A esta taurina taberna andaluza le precede su reputación, por eso te costará encontrar sitio los fines de semana. Pero si logras hacerte un hueco en alguno de los barriles que decoran el local o en su barra, comprobarás por qué es tan famosa.
La propuesta gastronómica del Burladero mira al Sur. El menú ofrece una amplia variedad de platos tradicionales, como el guiso de rabo de toro, el chicharrón de Cádiz, el lomo mechado, la pluma y la presa ibérica a la brasa, el cazón en adobo y el mollete de Antequera relleno de pringá.
También hay platos más informales, como los flamenquines, la ensaladilla rusa, las papas con alioli, la oreja y el morro fritos y los torreznos. Y, por supuesto, no podía faltar su receta estrella: los pimientos rellenos de carne picante que se gratinan al horno.
Profesionales a la altura al otro lado de la barra y cocina auténtica y genuina lo convierten en un espléndido puerto para desembarcar.
Cuando llega el buen tiempo tiene una terraza pequeña, animada y agradable.
Dirección: Calle Ossau 2
Vinos Nicolás
El Tubo es una de las zonas gastronómicas más vibrantes y populares de Zaragoza, especialmente cuando llega la hora del vermut y más aún con la llegada del buen tiempo. Este conjunto de calles se llena de vida y se convierte en un punto de encuentro para locales y turistas por igual. Entre los imperdibles de esta zona se encuentra Vinos Nicolás, un lugar que se ha ganado un puesto destacado en nuestra lista de los mejores sitios para tapear en El Tubo.
La oferta de Vinos Nicolás es sumamente variada, destacando por sus tapas, raciones de comida típica aragonesa y pinchos creativos, todo acompañado por una cuidada selección de vinos aragoneses. Entre sus especialidades destacan el taco picante y los huevos rotos, que hacen de este lugar una parada obligatoria para quienes buscan disfrutar de lo mejor de la gastronomía local, a tan solo un paso de los principales atractivos de la ciudad.
Dirección: Calle de los Estébanes, 4
La Republicana
Una buena opción para todos los días de la semana es La Republicana, un popular bar y restaurante situado entre el Tubo y la calle Don Jaime, que sirve buenas tapas a precios razonables. Es un café antiguo decorado con una mezcla ecléctica de antiguedades y fotos que recuerdan los años de la segunda republica.
Las especialidades de la Republicana son los huevos rotos, una deliciosa mezcla de patatas fritas y huevos suficiente para abarcar una comida en sí misma, el mojo con papas (patatas con salsa picante), el pollo al curry con piña o queso azul y las tostadas de cebolla caramelizada.
Dirección: Calle Méndez Núñez, 38
El Champi
Como un coágulo de autenticidad resistiéndose a ser disuelto por el turbulento corriente sanguíneo del Tubo, El Champi engulle al recién llegado sin preliminares y lo incrusta repentinamente en una gruta tabernera atemporal donde la dimensión espacio-tiempo discurre en otra frecuencia de onda desde hace ya muchos años.
Más que un local, este establecimiento es un pasillo con una barra a la izquierda y con mesas altas y taburetes a la derecha donde no cabe ni un alfiler.
Solo sirven una única tapa, pero bien hecha: champiñones con aceite, ajo y perejil, y un par de gambitas, sobre un trozo de pan.
Dirección: Esquina de la calle Libertad con Estébanes
Casa Juanico
Casa Juanico ofrece algunas de las mejores tapas que podrás disfrutar en Zaragoza. Situado al lado de la Plaza del Pilar, este coqueto establecimiento dispone a diario de una barra llena de tapas con más de 50 especialidades.
Dirección: Calle de Santa Cruz, 21
Aires del Sur
José Martínez Gago, un experimentado hostelero de Huelva que introdujo los sabores andaluces en la capital aragonesa hace ya una década, acaba de abrir un nuevo nuevo Aires del Sur en el Tubo, que se suma al de la calle de Cádiz.
El restaurante ofrece una amplia variedad de platos típicos de Andalucía, como la gamba blanca de Huelva, el jamón ibérico de bellota, el boquerón en adobo, la tortilla de camarones, los chocos fritos o los langostinos tigre de Sanlúcar de Barrameda.
Aires del Sur ofrece una amplia variedad de vinos para acompañar los platos, que abarca desde blancos de Bollullo Par del Condado y Sanlúcar de Barrameda, característicos del sur de España, hasta una selección de tintos aragoneses.
Si bien es cierto que cualquier rincón de esta taberna es capaz de evocar un ‘aire del sur’, su construcción, sobre los cimientos de la antigua muralla romana de Zaragoza, hace posible la fusión en un mismo espacio entre la gastronomía andaluza y la historia de la capital aragonesa. Basta con mirar al suelo para contemplar algunos de los restos de la pared defensiva levantada, según los arqueólogos, hace más de dos mil años.
Dirección: Calle Mártires 2
El Bula Tapas
Puede que el interior de este Bula no arrebate, tampoco quiere jugar a local de moda ni encuentro socialité. Pero se vale de buen gusto y sobria puesta en escena en la que destaca su barra retroiluminada dominante de la zona de mesas altas, más de picar informal y beberse un vermut. El resto de los espacios, con luz graduable, son agradables para centrarse en comer.
Aquí encontraremos un buen producto y algunas recetas imaginativas como el rulo de cabra a la plancha con confitura de tomate, la tostada de foie a la plancha o los revueltos de trigueros y boletus, los huevos rotos con carabineros, pero sobre todo buen producto a precio asequible como el solomillo de cerdo ibérico en adobo sobre pan con tomate con casse o las patatas bravas gajo con espuma de nitrógeno de alioli, mayonesa de oliva negra y picante casero. Todo de primera.
Las brutales croquetas merecen destacarse por encima del río de croquetas que nos sepulta. Entre su amplia variedad de carnes, recomendamos el chuletón de vaca vieja gallega, el solomillo de vaca a la brasa, el lomo de buey black angus de Nebraska a la parrilla y los dados de solomillo de vaca salteados con langostinos y salsa perrins.
Producto selecto en franja asequible -cerdo, bacalao, atún, ternera, en inspiradas recetas con un punto de inventiva intermedio, que ni deconstruye ni quiere ser tu abuela- que, con suplemento, crece a ración y media.
Dirección: Calle Mártires 8
Brasería Fire
Brasería Fire es un restaurante de cocina aragonesa de autor creado por el joven chef Adrián García. El restaurante se encuentra en los bajos del hotel Alda, en la plaza del Pilar.
El restaurante ofrece una carta variada que gira en torno al Ternasco de Aragón, que se presenta en media docena de versiones. Los platos se cocinan a la brasa, en un horno Josper que combina parrilla y horno. Esto permite conservar la jugosidad de los alimentos y aportar un delicado toque ahumado a los platos.
El jarrete es lo más parecido a la versión de un asado tradicional; con la carne del cuello en salsa española se elabora una crep y se ofrece un curioso pastel de manitas de ternasco con migas. Lo más diferente, un cachopo. Y para los más osados, chile de carrillón de ternasco. Eso sí, con el punto picante apto para todos los públicos.
Dirección: Calle de Santiago, 12 (Bajos del Hotel Alda)
Bar Pollería San Pablo
No se trata de una pollería, sinó que es un bar de tapas hecho restaurante en el histórico barrio del Gancho. Celia y Alberto, los dueños-cocineros, apuestan por producto selecto en franja asequible, en inspiradas recetas con un punto de inventiva intermedio, que ni deconstruye ni quiere ser tu abuela. Pollería San Pablo es sinónimo de tapas y platillos sorprendentes. Con una carta dinámica, llena de producto de mercado, chispas creativas y pequeñas influencias foráneas.
Aquí encontraremos un buen producto y algunas recetas imaginativas, como las alcachofas con crema de patata y cebolla asada, el puerro con pesto de anacardos, rúcula y hierbabuena y el esparrago con escabeche de frutas, pero sobre todo buen producto a precio asequible, como el hummus de tomate seco acompañado de chips y regañás, el cucurucho de migas con cebolla frita, uva garnacha y uva rosada, la ensaladilla de kimchee blanco, las bravas chips, la tostada de arenque ahumado, las salmueras o los bollitos rellenos, por ejemplo, de pollo asado desmigado con salsa casera picante y cebolla frita o de longaniza batida. Hay opciones veganas y atentas a las intolerancias alimentarias.
Dirección: Calle San Pablo 28-30, Zaragoza
El Cuartelillo de El Tubo
Un clásico a la hora del aperitivo y cuando cae la tarde. Ubicado en la calle Cinegio, 10, en pleno corazón del Tubo, El Cuartelillo centra su propuesta gastronómica en sus originales ‘montaditos con autoridad’. Partiendo del clásico ‘guardia civil’ y de su versión picante, elaborados ambos con lomos de sardina de cubo, quienes acudan a El Cuartelillo podrán saborear además otras propuestas inspiradas en los cuerpos y fuerzas de seguridad. Todos van en formato bocatín.
El ‘guardia civil’ dulce está hecho con sardinas, pimiento del piquillo, pepinillo y tomate. El ‘Guardia Civil’ picante está hecho con sardinas marinadas en aceite de ajís, pepinillo y tomate. El ‘legionario’ está hecho con ensaladilla rusa/aragonesa con queso de cabra. El ‘Secreta’ está hecho con cerdo asado y uvas osmotizadas en mostaza a la antigua.
El ‘soldado’ está hecho con carne de pato. El ‘nacional’ está hecho con tortilla de patata con jamón ibérico. El ‘Local’ está hecho con paté de ternasco de Aragón con pan de patata y alioli de borrajas.
Se llena de gente de todo tipo atraída por los precios razonables y ese tipo de comida auténtica y genuina. Algo de agradecer en estos tiempos del ‘instafoodie’.
Dirección: Calle Ossau, 2
7 Golpes
El 7 Golpes es un establecimiento sofisticado, con un aire retro, que ofrece tapas y raciones de estilo creativo y joven, en un ambiente cuidado y cercano y con una buena relación calidad y precio.
Llenan cada noche gracias a una fórmula infalible: tapas creativas para el comensal intrépido.
Parece mentira lo fácil que es dejar contentos a los comensales con pequeños detalles y, sobre todo, una cocina auténtica y hecha con pasión. Es lo que se respira en este local de tapas con una única pretensión: la de querer gustar.
El 7 Golpes ofrece dos espacios bien diferenciados. Por un lado, la planta calle, con un gran mostrador lleno de sugerentes tapas de diseño donde se come de pie. Bajando las escaleras se encuentra un agradable comedor para comidas y cenas con mesas bajas y cómodas sillas donde se sirven exquisitos platos.
Dirección: Calle Libertad, 7
Taberna Doña Casta
Si te gusta el tapeo sin demasiadas florituras, la Taberna Doña Casta, en la popular área del Tubo está especializada en croquetas caseras y huevos rotos.
Aquí Dora Gracia (cocinera-propietaria) y su equipo apuestan por la cocina aragonesa tradicional y por los platos más caseros con recetas de la abuela. Todo se hace al momento, y encontramos tanto platos clásicos como tapas muy bien hechas.
Esto es un restaurante de creación como una catedral; pero a la vez podréis comer unas de las mejores croquetas de la ciudad: las de queso cabrales con manzana, de longaniza de Graus, de morcilla con piñones, de bacalao con espárragos triguero, de gallina con chocolate, de boletus con foie y manzana o de arroz negro con alioli.
Dirección: Calle Estébanes, 6
Casa Pedro
Los hermanos Javier y Luis Antonio Carcas han triunfado con este ambicioso resumen de su filosofía de las tapas.
Casa Pedro abrió las puertas en 2006 apostando por una cocina aragonesa de autor elaborada con productos de temporada, próximos y de calidad.
El restaurante, situado en el casco antiguo de Zaragoza, es un espacio con identidad propia: la construcción, su ubicación y su historia son el reflejo de todo aquello que expresan la zona antigua de la ciudad y su entorno.
El objetivo es conseguir que las personas que lo visitan encuentren en él un ambiente agradable y confortable.
Dirección: Calle de la Cadena, 6
Méli-Mélo
Situado en la céntrica Calle Mayor, a pocos minutos del Coso y de la Plaza del Pilar, el Méli Mélo es un establecimiento moderno con un toque vintage, que ofrece tapas originales y de calidad en un ambiente cuidado y cercano.
El Méli-Mélo ofrece dos espacios bien diferenciados. Por un lado, un gran mostrador lleno de sugerentes tapas de diseño donde se come de pie. El otro area es un intimo y agradable reservado para comidas y cenas con unas pocas mesas donde se sirven exquisitos platos.
Entre las especialidades de la casa, la tapa de ternasco con patata (ganadora del 12º Concurso Provincial de Tapas de Zaragoza), la carrillera de cerdo asada al horno con salsa de soja y miel sobre base de patata panadera y con tape de aros de cebollita frita, la butifarra de setas sobre cama de borrajas con ali-oli dulce de moscatel gratinado al horno, el chupa-chups de ternasco asado con queso de cabra y rebozado con migas de pan, la hamburguesa de rape y gambas con cebolla caramelizada en mistela de Valencia o las delicadas patatas bravas, servidas en un original cucurucho de cerámica.
Dirección: Calle Mayor, 45
La Venencia Oyster Bar